La guitarra más cara de la historia cuesta 6 millones de dólares y pertenece a Kurt Cobain

Primero fue el cárdigan vintage de color verde oliva con quemadura de cigarro incluida y naturaleza de pocos lavados. Ahora es un modelo rara avis D-18E de guitarra semiacústica con cuerpo de caoba y tapa maciza de abeto del que su fabricante, el luthier estadounidense Martin, solo hizo 302 ejemplares. Si algo resulta evidente después de tantos años de iconografía, leyenda, mitificación y construcción de un legado cultural imprescindible en el mundo de la música es que el cantante Kurt Kobain sigue generando admiración y sorpresa aún después de muerto. Sus pertenencias cotizan caro y si de forma iniciática el mencionado suéter se adquirió el pasado año en una subasta organizada por la casa Julien’s Auctions por la nada desdeñable cifra de 334.000 dólares, ha sido este mismo sábado cuando la D-18E se ha vendido por el histórico precio de 6 millones de dólares convirtiéndose en la guitarra más cara de la historia. Un privilegio que hasta ahora solo ostentaba una Fender Stratocaster, bautizada Black Strat, usada por el guitarrista del grupo británico Pink Floyd, David Gilmour.

Ambos objetos, tanto el estético como el instrumental, los lució Kobain en una mítica grabación de un programa de televisión que tuvo lugar el 18 de noviembre de 1993 en la ciudad de Nueva York y en donde se pudo atisbar un sonido mucho más intimista y dilatado. El formato de “MTV Unplugged” apostó por un marcado carácter promocional en la década de los noventa y su escenario sirvió como potencial trampolín en la carrera de numerosos artistas que o bien estaban empezando a despuntar en aquel momento, o bien querían reforzar sus trayectorias. La actuación de Nirvana incluyó maquetas propias como “About a girl” o “Come as you are”, pero también versiones como “The man who sould the world” de David Bowie o canciones de grupos como The Vaselins.

Más tarde se materializó en un álbum, “MTV Unplugged in New York”, de cuyo lanzamiento Kobain ya no pudo disfrutar. Fue una de las últimas apariciones televisadas de la banda, ya que tan solo seis meses después de su realización, el líder terminaba suicidándose tras un largo viaje con la heroína y la depresión como compañeros de asiento. La estructura de la guitarra se adaptaba además a las exigencias de emisión del programa teniendo en cuenta que desde la cadena estadounidense pedían la utilización exclusiva de instrumentos acústicos o semiacústicos.

El comprador de tamaña reliquia, que estaba físicamente presente en la venta organizada en Beverly Hills (California), es el empresario australiano Peter Freedman, fundador de Rode Microphones, dedicada a la fabricación de micrófonos, tal y como ha señalado la casa de subastas en un comunicado. El propósito del empresario después de pagar la astronómica cifra consiste en presentar el instrumento en varias ciudades del mundo, en exposiciones con fines caritativos en apoyo al mundo del espectáculo y el entretenimiento. Pese a que el punto de salida de la subasta se había fijado en un millón de dólares, los 6 millones por los que finalmente se ha vendido exceden por mucho la estimación que Julien’s Auctions había hecho en un primer momento.

A través de una publicación en Twitter que la propia casa de subastas ha llevado a cabo tras la confirmación de la venta, se puede apreciar con más nivel de detalle que la guitarra se ha vendido con su consiguiente estuche original personalizado por el músico en donde se advierte una pegatina del disco “Feel the Darkness” (1990) de la banda Poison Idea, además de unos paquetes medio usados de cuerdas Martin y tres púas. El presidente y CEO de la casa de subastas, Darren Julien, ya señaló el carácter mítico y legendario cuando el instrumento se puso a la venta el mes pasado: “Esta importante guitarra se ha ganado el lugar que le corresponde en la historia del rock & roll como un instrumento tocado por uno de los músicos e iconos más influyentes del rock en una de las mejores y más memorables presentaciones en vivo de todos los tiempos”, señaló. Parece que no se equivocó Kobain cuando en cierta ocasión señaló aquello de “mi memoria existe, mi recuerdo vivirá siempre y mi música en la gloria será la salvación del maldito infierno donde habitamos”. La adquisión de esta emblemática joya, se encargará de aquí en adelante de preservar ese recuerdo.