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La nueva película de Woody Allen abrirá el Festival de San Sebastián

"Rifkin's Festival" se estrenará a nivel mundial el 18 de septiembre
Quim VivesQuim Vives
  • La Razón es un diario español de información general y de tirada nacional fundado en 1998

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Woody Allen si tiene quien le estrene. Lo hará el Festival de San Sebastián el próximo 18 de septiembre cuando proyecte “Rifkin’s Festival”, su nuevo trabajo, en el Auditorio Kursaal. Esta será la segunda vez que el director de “Hanna y sus hermanas” abra este certamen (la primera fue con “Melinda and Melinda”) que le otorgó en 2004 el Premio Donostia, dedicó una retrospectiva a su obra, “Conocer a Woody Allen”, y que desde 1970 ha presentado varias de sus películas en las distintas secciones del Festival.
Esta comedia romántica fue rodada el pasado verano en San Sebastián y otras localidades de Gipúzcoa y narra la historia de un matrimonio estadounidense que acude al Festival de San Sebastián y queda prendado del festival, de la belleza y encanto de la ciudad y de la fantasía del mundo del cine. Ella tiene una aventura con un director de cine francés y él se enamora de una española residente en la ciudad. En el reparto están Elena Anaya, Louis Garrel, Gina Gershon, Sergi López, Wallace Shawn, y Christoph Waltz.
La relación del festival de cine con el cineasta viene de muy lejos y se remonta a finales de los 70, con la proyección de sus trabajos “Manhattan” (1979), “Zelig” (1983) o “Misterioso asesinato en Manhatta”n (1993) tanto en la Sección Oficial fuera de competición como en secciones paralelas. En 1995 la recién nacida Zabaltegi se inauguró con “La rosa púrpura de El Cairo”, además de prpgramarse otras cintas suyas en Perlas de otros festivales, caso de “Match Point” (2005), “Vicky Cristina Barcelona” (2008), “Si la cosa funciona” (2009) e “Irrational Man” (2015).
Durante la presentación del rodaje en San Sebastián Allen aseguraba sobre su relación con los certámenes de cine que “hubo una época en la que me apasionaba ir pero, cuando me hice director, dejé de acudir porque no me gustaban ni el ruido ni las multitudes. A Cannes, por ejemplo, mandaba directamente mi trabajo. Pero, al cabo de un tiempo, me convencieron para volver y me agasajaban y cuidaban tanto que los volví a disfrutar. Además, a mí mujer le gusta bastante que vayamos”.