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“Corre como una chica”: No sin mi caballo

Rachel Griffiths rescata la historia de Michael Pyne, la primera ganadora femenina de la Copa de Melbourne de hípica
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  • Periodista. Amante de muchas cosas. Experta oficial de ninguna. Admiradora tardía de Kiarostami y Rohmer. Hablo alto, llego tarde y escribo en La Razón

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Considerada tradicionalmente como la carrera de caballos de dos millas más dura del mundo, la Copa de Melbourne se ha consagrado a lo largo de sus más de 150 años de historia como un atrayente foco para las casas reales y un significativo escenario para el lucimiento de magnates multimillonarios procedentes de cualquier rincón del globo. Los corredores, denominados “jockeys” según el argot hípico, rara vez acostumbran a tratar con mujeres dentro de la competición y todavía sigue resultando extraño o excepcional vislumbrar unas formas femeninas cabalgando la pista a lomos de algún equino. Sin embargo, hace cinco años, algo inaudito hasta el momento sucedió.
“Me he esforzado todo lo posible. Le he hecho galopar hasta el límite. Siempre he creído que tenía lo necesario para ganar la Copa Melbourne. Que les den a quienes creen que las mujeres no tenemos fuerza. ¡Hoy hemos vencido!”, declaró Michael Payne minutos después de coronarse como la primera mujer “jockey” de la historia en ganar la Copa. Tras pasar media vida volcada en su pasión desmedida por los caballos y entregarse vocacionalmente a las renuncias y al sacrificio que lleva implícita la dedicación a un deporte de riesgo como este, la historia personal de la australiana, menor de diez hermanos y su hazaña profesional despertaron el interés de la directora Rachel Griffiths.
“Corre como una chica” es el particular tributo cinematográfico de la directora al esfuerzo y la lucha de una mujer que supo imponer su valía en un mundo eminentemente marcado por la presencia masculina. Teresa Palmer, la exitosa actriz australiana que encarna la figura de Michael en la cinta y comparte también confidencias y tiranteces paternofiliales con el eternamente recordado por la saga de “Parque Jurásico”, Sam Neill (quien interpreta a su padre en el filme), reconoce en una conversación telefónica desde su residencia de Beachwood en Los Ángeles, que representar esta historia real ha supuesto para ella un plus de autoexigencia. “En el momento en el que Rachel me propuso este trabajo sentí una gran responsabilidad sobre mis hombros. He pasado mucho tiempo hablando con Michael, empapándome de su experiencia, intentando averiguar cómo se sintió exactamente tras ganar. Enseguida conectamos. Es una mujer muy dinámica, valiente y apasionada, y yo solo he intentado estar a la altura de todas esas virtudes”, indica la actriz.
Además de la verosimilitud a la hora de reflejar bien los sentimientos de la ganadora, otra de las cosas que más destaca Palmer del rodaje es la exigencia física que ha supuesto: “Ha sido agotador. Trabajando más de diez horas subida a un caballo, saltando, practicando, preparando mi cuerpo. Pero recuerdo todo ese sacrificio con ilusión. Ha sido fantástico poder conectar de una manera especial con un animal tan hermoso como el caballo”, confiesa entusiasmada. Para la actriz, el marcado carácter reivindicativo de la cinta -en ocasiones excesivamente evidente- resultó importante desde el principio: “Si te das cuenta Michael ya no solo tiene que lidiar con algunas desaprobaciones por parte de sus contrincantes en la pista por el hecho de ser mujer, sino que su propio padre también la sobre protege demasiado. A pesar de todo ella creyó en sí misma, en sus posibilidades, en lo que era capaz de hacer. La narración de este tipo de personajes femeninos fuertes e independientes en el cine creo que es fundamental. Me encanta pensar que mi hija puede crecer mirándose en ellos”, afirma.