¿Quién saldrá ganando de esta crisis? El mercado del arte
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Que Francis Bacon es un imán para el mercado del arte a estas alturas de la plícula y del siglo no lo duda nadie. Que iba a hacer una buena caja el lunes, se barruntaba. Que iba a dinamitar el esquema tradicional de ventas, se podía intuir, pero que Sotheby’s consiguiera alzarse con un remate de más de 74 millones de euros (84 millones de dólares) es un pelotazo en toda regla. Y lo ha conseguido en un momento en que el mundo atraviesa una crisis sanitaria global sin precedentes, de Estados Unidos a Europa pasando por Asia. Mientras el planeta se tambalea y tiene miedo de un futuro demasiado negro y de lo que está por vernir, las grandes casas de subastas ponen a la venta lo mejor de cada artista y los compradores, ávidos de una buena pieza, se tiran a por ella sin dedicarle más que un pestañeo al problema que tenemos encima. ¿Es el mercado ajeno a las crisis? La respuesta parece que tiene que ser afirmativa. ¿Vive dentro de una burbuja? Es más, parece que se crece y que se fortalece ante situaciones como la que estamos viviendo. Volvamos en el tiempo al año 2008. Lehamn Brothers quiebra y el globo entero empieza a resquebrajarse. «Es el fin», dijeron algunos. En ese mismo momento, ese mismo día, un eufórico Damien Hirst ponía a la venta en Sotheby’s de Londres una colección de obras que pulverizaban sus records y marcas y que saldaba con más de 70 millones en ventas. Mientras el mundo hacía aguas, el artista se frotaba las manos y conseguía una venta histórica que ya se estudia como patrón de comportamiento. Cuanto peor es la situación económica más elevados son los beneficios que se pueden obtener en subasta, ya sea esta presencial, como las de la antigua normalidad, o virtual, como la que el lunes celebró Sotheby’s en Nueva York y que demuestra y confirma que el caracter testimonial que tenía el «streaming» hasta 2019 es historia. Ni usted ni yo vamos a poder pujar durante diez minutos por un Bacon, pero quien tiene muchos ceros en su cuenta corriente verá en estas oportunidades la ocasión para hacerse con obras realmente únicas. Este trabajo, concretamente, no salía al mercado desde 1987. Ya tiene dueño. A tenor de lo visto cabe pensar que la venta global del 10 de julio en Christie’s Nueva York puede ser histórica o no será. Y con Picasso al frente. Desde una posición alejada del bullicio del mazo el tiburón Loic Gouzer, el hombre que llevó a Christie’s a la cima y se retiró en plena gloria con el «Salvator Mundi» en los titulares, mirará con perspectiva lo que sucede. Él ya lo intuía. El arte se rige por parámetros independientes. Y aunque suene realmente obsceno no mira los empleos que se están perdiendo en todo el mundo cada minuto que pasa, sino la posibilidad de que un tríptico inspirado en «La Orestiada» consiga el tercer precio más alto pagado por una obra del británico en subasta.