Lana Kos: “Ahora todos podemos ser Violeta”
La soprano, junto a Marina Rebeka, Ruth Iniesta, Ekaterina Bakanova, y Lisette Oropesa, interpretará el emblemático personaje de Violeta de “La Traviata” en la reapertura de Teatro Real
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Para un acontecimiento tan especial como ser el primer teatro de ópera del mundo que abre tras la pandemia, serán cinco las sopranos que interpreten a la emblemática Violeta de “La traviata”, de Verdi, y cuatro los tenores que lo harán con Alfredo. La croata Lana Kos, que debutará el día 8, es una especialista en este personaje, al que ha representado más de cien veces desde sus inicios. Esta será su segunda presencia en el Real y se muestra emocionada por la oportunidad que se le ofrece tras meses de inactividad.
-¿Emociona volver a las tablas después de la cuarentena?
-Absolutamente, para todos los artistas es una emoción indescriptible, muy fuerte. Yo he estado en mi casa en Croacia, donde además del estrés y del miedo al coronavirus hemos tenido un terremoto. Tras esto, poder venir a un teatro, viajar, estar en el escenario y con los compañeros es volver a la vida, porque nuestra vida consiste en esto.
-¿Ha llevado bien el confinamiento?
-Esta situación no es para vivirla relajada y disfrutando, estás ahí por una situación anormal rodeada de miedo y de incertidumbre. Yo he estado con mi hijo intentando mantenerme siempre en positivo sabiendo que era solo un periodo de tiempo en el que había que estar así, pero que la vida seguía por delante.
-¿Qué sintió cuando se le ofrecía esta oportunidad?
-Para mí ha sido un sueño, saltaba como una niña, sobre todo porque Madrid pasaba por una situación terrible, fue una de las ciudades más heridas por esta pandemia. Veíamos las noticias con todo lo que estaba pasando aquí y pensaba que sería el último lugar del mundo en el que pudiera cantar. Poder hacerlo supone un acto de un enorme coraje, me hace sentirme orgullosa de participar en una producción realmente histórica.
-¿Ha tenido miedo por ser Madrid?
-No, no se puede vivir con el miedo, porque cuando vivimos con él estamos permanentemente muriéndonos, es como estar enfermos cada día.
-¿Lo hace más especial volver con “La Traviata”?
-Es increíble, porque esta estaba programada desde hace más de dos años sin nada que ver con la situación actual, es como si fuera una cosa del destino y lo impresionante es que ahora todos podemos ser Violeta, porque es una enfermedad vírica respiratoria contagiosa y en cualquier momento podemos ser nosotros “La traviata”.
-¿Tener más formato de concierto que teatral le resta intensidad y emoción?
-Estoy al mil por ciento segura de que no pierde nada porque todo está escrito en la música y las emociones de un cantante, si son de verdad, se transmiten, no siento que la distancia interfiera en la interpretación y la emoción. Al revés, gana en ello y realidad. Es bonito que al morir ella Alfredo la abrace y la bese, pero eso no es real, ni siquiera en el romántico siglo XIX, porque un tísico con una tuberculosis tan contagiosa no podía abrazar a su amante, como con ela Covid, tienen que mantener esa distancia. Aquí es Violeta quien gesticula para que se aleje y esto le da un realismo que normalmente no tiene y que la hace mucho más potente.
-Quizá entre el público haya personas que han perdido a alguien. ¿Eso lo carga de emoción?
-Naturalmente y por eso como cantante es una gran responsabilidad y haré absolutamente todo lo posible por transmitir verdad. Es lógico que un artista se sienta influido sabiendo que es un diálogo directo y muy profundo.
-Usted ha interpretado mucho a Violeta. ¿Qué tiene de especial este personaje?
-Es para escribir un libro, empecé a interpretarla con su edad, 21 años, con el maestro Hugo de Ana, que me llevaba a los ensayos páginas de medicina para explicarme qué le pasaba. Violeta es una persona muy fuerte y generosa, dispuesta a sacrificar su primer y último amor, su verdadero y único amor, para hacer feliz a su familia. Esto le da una enorme profundidad. Cuando aparece en la fiesta ya sabe que estaba enferma de tuberculosis y a pesar de ello dice que todos tenemos que vivir y ser libres, aunque sabe que ella ya no lo es porque va camino de la muerte.
-¿Y vocalmente?
-Tiene toda la gama de colores y todo tipo de sentimientos, su papel es para las tres tipos de sopranos. El primer acto, es una soprano de coloratura más aguda; el segundo para una lírica y el tercero para una soprano dramática, porque todo en él tiene un enorme peso dramático. Yo lo he hecho más de cien veces, con producciones distintas y lo que me parece increíble del personaje es que va madurando conmigo y cada vez que lo interpreto le descubro cosas nuevas y distintas.
-Durante el confinamiento, la música ha sido fundamental.
-Sí, se ha visto los artistas son esenciales, en este periodo lo han estado dando todo, cantando, ofreciendo conciertos desde su casa y esto es bonito pero no es un espectáculo verdadero y vivo donde uno siente y transmite al público. Me pregunto, ¿qué sería del confinamiento para todo el mundo sin libros, sin cine, sin teatro ni televisión ni arte, ¿cómo sería la vida?, ¿comer y dormir?
-Sin embargo, los artistas son de los colectivos más perjudicados por la pandemia.
-Les diría a las personas que los contratan, que yo acabo de hacer un vuelo de dos horas a Madrid con seis personas sentadas en una fila, más cerca de lo que podría estar en un teatro. Ya hay fútbol, tenis…todo va volviendo a la normalidad, menos en el teatro. Yo pido que tengan el mismo coraje que el Teatro Real, que empiecen a dar pasos, aunque con mucha protección, porque hay teatros importantísimos del mundo que siguen cancelando y no sé por qué. Los animo a que sigan el ejemplo del Real haciendo por volver a la normalidad, por dar a la gente la posibilidad de vivir. Con la música volvemos a la vida.
-Esta será una experiencia para recordar.
-Soy muy feliz de estar invitada aquí, estoy conmovida con la profesionalidad y la manera con la que el Real ha acogido esta situación, me emociona profundamente ver cómo están haciendo las cosas. Yo invito a que la gente vaya al teatro para gozar de la música porque “la vita è bella”.