La media maratón de Lisette Oropesa
La soprano, que bisó el miércoles en «La traviata» del Teatro Real con todo el público puesto en pie, es muy aficionada a correr casi cada día
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Estaba en el ambiente, en esa nueva normalidad que nos hace añorar la otra, la antigua, la de apenas hace cinco meses largos. Tarde o temprano el público del Teatro Real iba a pedir que Lisette Oropesa, la soprano de la voz de oro, bisara un aria de «La traviata». Ella lo sabía y lo había sentido. «Es verdad que lo estaba sintiendo, que había muchas ganas», recuerda. Tenía cuatro oportunidades puesto que cantaba en cuatro funciones y la del miércoles era la última de las suyas.
Lo que no imaginaba es que el público iba a ponerse en pie para demandarle que repitiera y volver a escuchar así «Addio del passato» de su garganta. Sucedió. «Lo veo como un hecho que me ha cambiado la vida», cuenta a través del teléfono. «He leído cosas tan bellas que se han escrito de mí que estoy feliz, tremendamente agradecida. No sé qué decir. Si con esto podemos ayudar a que el público vuelva al teatro de ópera, bienvenidos sean los bises. No pude negarme a lo que tenía delante cuando vía que estaba la gente puesta en pie. Ni quería ni podía sacarme a la protagonista en ese momento. Y con los ojos llenos de lágrimas me puse a cantar», explica.
Cada Violeta ha sido diferente. Lo mismo que el bis, que no fue el mismo las dos veces que cantó el aria: «Intenté que fuera distinto. Que se dieran cuentan quienes me estaban viendo que yo estaba agradecida y que me disponía a dar lo mejor en ese momento». Frente a los teatros de ópera de todo el mundo que han decidido no levantar el telón, alaba la valentía que ha tenido el Teatro Real «que ha hecho algo histórico y ha dado trabajo a muchos cantantes en todos los repartos».
Un teatro que escomo una segunda casa para ella, que nació en Cuba y estudió en Estados Unidos y para quien la música, la lírica era completamente natural, pues su madre era cantante y lo mamó desde niña. Aún se quedará unos días en Madrid, una ciudad que adora, «superlinda, con tanto sol que es una verdadera maravilla. Además, me encanta correr cuando cae la noche. Y sentarme en sus restaurantes , que son fabulosos». Lisette Oropesa siempre que puede sale a correr. Si es a diario, mejor, Y Madrid no se la ha resistido. Ha participado en carreras de 10 kilómetros y hasta en media maratones: «A mí me da mucha fuerza y me relaja. No soy de las que va escuchando la música, sino que cuando corro con mi marido vamos hablando, y si lo hago sola, en silencio. Solamente escucho mi aliento».
El bis de la soprano se suma así a unas repeticiones de oro que llevan los nombres de Leo Nucci, Javier Camarena y Patricia Ciofi y suma el segundo para ella (que ya repitió en un sexteto de «Lucia di Lammermoor»), el primero de una soprano en solitario.