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Paul Newman, las mejores películas del actor indomable

Falleció hace doce años y su personalidad (y sus ojos azules) marcó a varias generaciones de espectadores.

Elizabeth Taylor y Paul Newman en "La gata sobre el tejado de zinc"
Elizabeth Taylor y Paul Newman en "La gata sobre el tejado de zinc"larazon

Fue uno de los mejores actores de Hollywood. Su presencia no era solo una cara bonita y unos ojos azules magnéticos. Era un intérprete con aura, que no le importó nunca abordar personajes muy distintos a él. Algo que hizo con una impronta personal que muy pocos poseen: humor, ironía, incluso en aquellos papeles que estaban hechos de seriedad. Paul Newman quizá era consciente de lo burlesco que es el destino y quiso dar a esa huella de su identidad a los hombres que llevó a la pantalla. Estas son las mejores películas que jalonaron su trayectoria

Marcado por el odio (1956), de Robert Wise

Paul Newman protagonizó esta película porque James Dean, que había sido seleccionado para hacerla, falleció en un accidente de coche. La película está basada en la vida del boxeador Rocky Marciano, recibió varias nominaciones a los Oscar y se convirtió en la plataforma que lo catapultó como intérprete.

La gata sobre el tejado de Zinc (1958), de Richard Brooks

Coincidió con Elizabeth Taylor y se convirtió en una de las cintas más emblemáticas de su carrera. Su interpretación de un deportistas traumatizado por la muerte de su mejor amigo y marcado por la presencia de un padre de presencia avasalladora ha pasado a los anales del cine.

“Éxodo” (1960), de Otto Preminger.

La adaptación de la popular novela, que se encargó al guionista Dalton Trumbo, propició el encuentro entre Paul Newman y uno de los directores de personalidad más firme del Hollywood de entonces. La partida de los judíos hacia Israel tras la Segunda Guerra Mundial se convirtió en épica en el cine.

“El buscavidas” (1961), de Robert Rossen

Una obra mítica. Con un aliciente añadido. Las jugadas de billar que aparecen en la película fueron hechas personalmente por Paul Newman y Jackie Gleason. Está basada en una novela de igual nombre, supuso una nominación para Paul Newman y el remake fue hecho por Martin Scorsese

“La cortina rasgada” (1966), de Alfed Hitchcock

Esta película de suspense supuso el encuentro en la gran pantalla de tres figuras míticas del cine: Hitchcock, Julie Andrews y Paul Newman. Todo para contarnos con las tretas y aventuras de un americano para conseguir una fórmula física de un científico al otro lado del Telón de Acero.

La leyenda del indomable (1967), de Stuart Rosenberg

Uno de los mejores papeles que hizo a lo largo de toda su trayectoria. Paul Newman es un preso en una cárcel. Pero su llegada alborota el centro penitenciario. Su enfrentamiento con el encargado de la seguridad es mítica. Ha dejado escenas esenciales de su filmografía, entre ellas, en la que come varias docenas de huevos

Dos hombres y un destino (1969), de Roy Hill

Fue el primer encuentro con Roy Hill y con Robert Redford, otro de los grandes mitos del cine. La complicidad que había entre Newman y él todavía es recordada. Este western se considera uno de los mejores de todos los tiempos. Tiene secuencias magníficas y un final épico.

El golpe (1973), de Roy Hill

El éxito de la anterior cinta propició un reencuentro. Y, en esta ocasión, el resultado estuvo a la altura. Se firmó otro título mítico, otro clásico. Paul Newman y Rober Redford se convertían en una de las mejores parejas que han circulado por la gran pantalla con esta cinta de pícaros.

El coloso en llamas (1974), de John Guillermin

Nadie ha olvidado esta película magnífica. Es la cima de las cintas catastrofistas. Con un color apabullante y con un elenco de grandes actores, este drama sobre el incendio de un rascacielos es el colofón de todos los desastres que nos ha ofrecido el cine.

Camino a la perdición (2002), de Sam Mendes

Fue su última gran película. Dio vida a un viejo capo que todavía es capaz de enormes villanías. Le daba réplica un excelente Tom Hanks. Entre los dos se crearon grandes escenas, como esa en la que estos viejos amigos, antes de convertirse en adversarios, tocan juntos el piano,