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¿Cómo era la última tira de Mafalda publicada por Quino?

El 25 de junio de 1973, el dibujante se despedía de sus lectores en el semanario “Siete Días Ilustrados”
QuinoQuino
  • Periodista. Amante de muchas cosas. Experta oficial de ninguna. Admiradora tardía de Kiarostami y Rohmer. Hablo alto, llego tarde y escribo en La Razón

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Tras cinco años depositando su ingenio y su sarcasmo subliminal en el semanario “Siete Días Ilustrados”, el celebrado y legendario Quino, fallecido hoy a los 88 años, dibujaba por última vez para la mencionada publicación los trazos de una niñita universal de pelo corto convertida en emblema generacional por su inteligencia y cuestionamiento constante de los desórdenes del mundo llamada Mafalda. El propio historietista justificó el final de las tiras por miedo a repetirse como humorista gráfico, pero también con la amenaza latente hacia su propia integridad sobrevolando aquellos días raros. Tanto es así que durante la década de los 70, una de las más radicalizadas ideológica y políticamente en la Argentina peronista, llegó a declarar que “si la seguía dibujando me pegaban uno o cuatro tiros”.
El 25 de junio de 1973, Joaquín Salvador, popularmente conocido como Quino, creó su última tira. En esta ocasión, el dibujante hace acopio del humor lúcido y crítico que tanto caracterizó su obra para despedirse sin pena, pero con estilo. Mafalda encabeza un llamamiento en el márgen izquierdo del papel: “Dice el director que bueno, que a partir de hoy podemos darle un descanso a los lectores, pero que si alguno de nosotros se mudare, trasladare, y/o apareciere en otra revista y/o diario, él a patadas nos agarrare”. “¡Jorobare”!, exclama atónito Felipe. “¡Pero no! ¿A quién se le ocurriere?”, inquiere Susanita. “Yo dijere que por ahora esa idea no existiere”, se lamenta el ocurrente de Miguelito. “¿Y si alguien nos sobornare?”, cuestiona preocupado Manolito. “¿Por quién nos tomares?”, sentencia con indignación en el gesto el minúsculo Guille.
De esta forma, con todos los integrantes dispuestos en fila, las tiras más sesudas, lúdicas y enternecedoras de la historia se despedían de las páginas de la revista y de los lectores más fieles a las andanzas de la joven que se rebelaba contra los adultos, aunque no para siempre. Pese a su retiro voluntario, Quino siguió enamorado de su creación más preciada y utilizándola como protagonista en múltiples sitios. La primera incursión de Mafalda tras el adiós a “Siete Días Ilustrados”, fue en una campaña de UNICEF dentro del listado ilustrado de la Declaración de los Derechos del Niño. En realidad Mafalda, nunca se fue del todo. Algo similar a lo que pasará con su padre artístico.

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