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Louise Glück: una sobrina reclusa en la ficción y una relación de respeto mutuo con los Obama

La recién nombrada Premio Nobel de Literatura 2020, Louise Glück, es una referencia entre el progresismo estadounidense y es tía de Abigail Savage, famosa por su aparecer en la serie “Orange Is The New Black”

FILE - In this Thursday, Sept. 22, 2016 file photo, President Barack Obama embraces poet Louise Gluck before awarding her the 2015 National Humanities Medal during a ceremony in the East Room of the White House, in Washington. The 2020 Nobel Prize for literature has been awarded to American poet Louise Gluck “for her unmistakable poetic voice that with austere beauty makes individual existence universal.” The prize was announced Thursday Oct. 8, 2020 in Stockholm by Mats Malm, the permanent secretary of the Swedish Academy. (AP Photo/Carolyn Kaster, File)
FILE - In this Thursday, Sept. 22, 2016 file photo, President Barack Obama embraces poet Louise Gluck before awarding her the 2015 National Humanities Medal during a ceremony in the East Room of the White House, in Washington. The 2020 Nobel Prize for literature has been awarded to American poet Louise Gluck “for her unmistakable poetic voice that with austere beauty makes individual existence universal.” The prize was announced Thursday Oct. 8, 2020 in Stockholm by Mats Malm, the permanent secretary of the Swedish Academy. (AP Photo/Carolyn Kaster, File)Carolyn KasterAP

Aunque la celebración del legado de Louise Glück lo marque la recepción del Premio Nobel de Literatura del año 2020, la poeta estadounidense goza de una fama bien instalada en la cultura popular americana. Así, uno de los primeros datos llamativos, dentro de los ajenos a su obra, es que es tía de la actriz Abigail Savage, Célebre por interpretar a la “paleta” Gina Murphy en “Orange Is The New Black”, la serie sobre una cárcel de mujeres de Netflix, Savage también ha repetido muchas veces en “Ley y Orden” y, más recientemente, en “Lo que hacemos en las sombras”, la serie de HBO que se basa en la película homónima de Taika Waititi (“Thor”).

Más allá de este curioso parentesco, Glück siempre ha estado asociada al reconocimiento desde las administraciones demócratas de su país. Además de varias presentaciones oficiales, ha gozado de la financiación de los Fondos Oficiales para las Humanidades desde los tiempos de Jimmy Carter, pero sería en 1984, bajo el mandato de Reagan, cuando llegaría su explosión oficial en la contracultura. Ese año escribió su “Ararat”, uno de sus poemas más duros y desgarradores.

En uno de sus últimos gestos presidenciales, Barack Obama le otorgó la Medalla al mérito en las Artes y Humanidades. En 2016, pero correspondiendo a los méritos otorgados en 2015, Glück aprovechó el acto de entrega para hablar del dolor y cómo ha sido “un importante motor” en toda su carrera. La referencia, claro está, viene por hechos como la muerte de su padre, que la inspiraron para crear la elegía anteriormente citada y la animaron a centrarse más en sus escritos y menos en su fulgurante carrera como profesora de estudios ingleses en Massachusetts.

En su discurso, acompañada por el entonces Presidente, Glück habló del “respeto mutuo” que sentía por Obama y la Primera Dama, y también se refirió a sus inicios y a su relación de pupila con el poeta Stanley Kunitz, otro de esos eternos candidatos al Nobel que nunca lo recibió: “Me llevó al límite. Me tenía trabajando como a una esclava a la que quería mucho”.

El dolor después del 11-S

Si bien la Academia sueca que entrega el Nobel ha alabado la “belleza austera” de los poemas de Glück, todo se agiganta si nos centramos en su reacción a los atentados del 11 de septiembre de 2001. En su “Octubre”, libro de poemas dividido en seis apartados que publicó en 2004, se retrae hasta los mitos clásicos para hablar del dolor y el trauma que dejaron los agujeros humeantes de las torres en la sociedad americana.

A través de los mitos de Perséfone y Deméter, Louise Glück establece diálogos sobre la destrucción de la sociedad occidental hegemónica desde el final de la Segunda Guerra Mundial y se llega a cuestionar su propia existencia como escritora, desde un existencialismo que le grajeó multitud de críticas positivas entre los críticos posmodernos. Obra cumbre de su carrera, “Octubre” queda como el resumen perfecto de lo que es Glück, su legado y las razones por las que es merecedora del Premio Nobel de Literatura de este año.