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Oscar Wilde, encarcelado por homosexual e indultado más de 100 años después

Nacido el 16 de octubre de 1854, el autor de “El retrato de Dorian Gray” entró en prisión un día como hoy de 1895, donde permanecería dos años
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La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

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Cuando se cumplen 127 años desde que fuese arrestado y encarcelado, el 25 de mayo de 1895, la historia de Oscar Wilde bien nos sirve para recordar cómo ha evolucionado la sociedad desde esa época. El autor de “El retrato de Dorian Gray” y “La importancia de llamarse Ernesto” pasó dos años de su vida en la cárcel, entre 1895 y 1897, por ser homosexual, textualmente por “cometer acctos de grosera indecencia con otros varones”, años en los que aprovechó para escribir “De profundis”.
En esa carta, publicada de manera póstuma bien sea por el revuelo que provocaba su figura entre las clases pudientes británicas, bien por respeto de sus editores, el escritor daba rienda suelta a todo lo que se le pasaba por la cabeza mientras pernoctaba en la cárcel de Reading Gaol. Entendida como una petición de clemencia a sus carceleros, “De profundis” es también el resultado del fin de las labores forzadas a las que se veían sometidos los prisioneros de la época y que solo abandonaban cuando estaban a punto de salir de su encierro.
Tras dos años en los que empeoró gravemente su salud, cabe preguntarse cómo un escritor famoso por soliviantar las bajas pasiones de las clases altas pudo acabar en la cárcel. Para encontrar la respuesta, no hay que irse más lejos que al análisis de la homofobia contextual a su época. No se trata de revisionismo, simplemente hay que ir a la ley inglesa del momento que castigaba cualquier tipo de “sodomía” con trabajos forzados.
Así, cuando en 1895 Wilde fue acusado por el Marqués de Queensberry de “practicar la homosexualidad” tras verle en un club privado en compañía de su amigo (y probablemente pareja) Alfred Douglas, el escritor quiso elevar el pleito hasta lo legal, invocando la Ley de Difamación pública promulgada en 1834. De este modo, Wilde quería probar no solo que él no era homosexual, si no que el propio marqués había contratado varios acompañantes masculinos para sí mismo. Después de una serie de juicios que le dejaron en la bancarrota, los abogados del escritor le aconsejaron dejar la causa.

Un inusitado proceso

No fueron pocos los que intentaron avisar a Wilde de que debía haberse limitado a obviar las acusaciones del marqués, pero el escritor entendía aquella batalla legal por “sodomita” como un juicio a su propio legado y obra que, de declararle culpable, podían quedar manchados. Poco sabía entonces de su poso histórico en la literatura universal.
Peores noticias llegaron apenas unos meses más tarde, cuando fue el propio Wilde el acusado de practicar la sodomía por parte del periodista canadiense Robbie Ross, que le acusaba de haber pasado la noche con un hombre en el hotel Cardogan. Bajo el artículo 11 de la Ley de Reforma Criminal de 1885, Wilde fue detenido y se declaró “no culpable”, lo que no evitó que en el juicio se hicieran alusiones a determinados pasajes de sus obras que bien podían leerse como pasajes sobre la homosexualidad.
El 25 de mayo de 1895 y tras un inusitado proceso judicial, extremadamente rápido para los tiempos de la época, Wilde fue sentenciado a dos años de trabajos forzados. Con esto, no fue hasta 2016, más de 110 años después de su encarcelamiento, cuando por fin el gobierno británico indultó a todas aquellas personas, incluido Wilde, que fueron arrestadas por su inclinación sexual a lo largo de la historia.