Patada al testamento de Samuel Beckett: Godot es una mujer
El dramaturgo dejó en sus últimas voluntades una cláusula que obligaba a que “Esperando a Godot” solo fuera representada por hombres. Hoy, un teatro londinense intenta romper la norma
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En 1953, Samuel Beckett escribía una obra sobre la espera, “Esperando a Godot”, una pieza que hoy englobamos dentro del teatro del absurdo y que acabamos de ver en España interpretada por Pepe Viyuela, Alberto Jiménez y Fernando Albizu, entre otros; y, en 1988, el dramaturgo demandaba a cinco mujeres por planear interpretarla. Un año después, el irlandés se despedía de esta vida dejando una anotación en su testamento: solo los hombres podrían interpretar su título.
Súplica que se ha respetado y que ha enfrentado a productores y herederos en los tribunales desde entonces. Cincuenta años después de su estreno, la obra era cancelada en Alemania después de que el editor del dramaturgo, S. Fischer, prohibiese una representación en Wilhemshaven. El motivo no era más que la inclusión en el montaje de dos actrices. Motivo que llevó a Fischer a ampararse en las últimas voluntades de Beckett, como ya había hecho un mes antes impidiendo otro montaje femenino en Fráncfort. Por su parte, los responsables de las salas hablaban de “broma pesada”.
Ahora esta voluntad del autor puede verse truncada con una versión, no el original, que se propone en el Pleasance Theatre de Londres, “Godot es una mujer” (del 11 al 15 de noviembre). Lejos queda esa demanda de Beckett a una compañía holandesa del 88, aunque su sobrino Edward ha batallado durante todos estos años para que prevalezca la petición de su tío. Tres décadas después de aquello, y múltiples casos judiciales mediante, la regla de género sigue en pie... hasta que este nuevo espectáculo pregunta a quién pertenece el arte, a la vez que desafía la rigidez del irlandés.
“Cuanto más leemos sobre la historia, más nos dimos cuenta de que obtendríamos un gran no”, explica Jack Wakely, miembro del elenco que subirá a las tablas del Pleasance, en las páginas de The Guardian. Teniendo en cuenta que los derechos de autor de una obra caducan a los 70 años de la muerte del creador, las mujeres tendrían que aguardar legalmente hasta finales de 2059 para poder interpretar a Vladimir y Estragon. Aun así, “la ironía de ‘esperar a Godot’ no se me escapa”, continúa Wakely en unos tiempos en los que Ariana Grande afirma que “Dios es una mujer”...