Sección patrocinada por sección patrocinada

Crítica de cine

Crítica de “Jóvenes y brujas”: Doble peligro, adolescente y hechicera ★★★✩✩

Un fotograma del remake de "Jovenes y brujas"
Un fotograma del remake de "Jovenes y brujas"La RazónLa Razón

Dirección y guión: Zoe Lister Jones. Intérpretes: Cailee Spaeny, Michelle Monaghan, David Duchovny, Gideon Adlon, Nicholas Galitzine. EE.UU, 2020. Duración: 97 minutos. Terror.

Aunque se trataba de una película normalita, no fue tampoco de extrañar que «Jóvenes y brujas», dirigida por Andrew Fleming en 1996, se convirtiese de sopetón en un título de culto teenager. Aquellas chicas tan «cool» que descubrían sus habilidades en el terreno sobrenatural tuvieron mucho éxito entre el público joven, que en el fondo suspiraba por hacer lo que les viniese en gana, por ir contra las normas y todo lo establecido, como podían permitirse las protagonistas. Ahora, casi 25 años después, Lister-Jones dirige y escribe la secuela de esa historia tras filtrarla, los rígidos tiempos mandan, por el asunto del empoderamiento femenino. O sea, que casi todos los hombres son aquí unos cretinos o los villanos.

Así, ahora, y lejos del encanto uniformado de la primera cinta, las «magas» son Lily, una adolescente reservada que se muda a la casa de la nueva pareja de su madre, una chica trans, otra negra (en la primigenia había también en el reparto una actriz afroamericana) y la última, muy graciosa pero alejada de los cánones convencionales de belleza. Tras llegar a la casa de su rarísimo padrastro (David Duchovny, que se quedó parece que para siempre ya con cara entre «Expediente X» y «Californication»), Lily sufre un desagradable percance a lo «Carrie» el primer día de clase. Conclusión: que uno de los estudiantes más populares la elige como centro de chanzas.

Pronto, sin embargo, sus flamantes amigas le confiesan que Lily es la cuarta miembro que estaban esperando para realizar con éxito los hechizos. Posee un buen arranque a vueltas con el «bullying», las sanas ansias de venganza cuando tienes enfrente a un cafre gilipollas y porque nos hace recordar las adorables tonterías que decíamos todos en la edad del pavo, pero los personajes adolecen de un escaso desarrollo, y, aunque al final vuelve a entonarse, a la cinta le habría venido fenomenal un buen conjuro contra el tedio en pequeñas dosis.

Lo mejor

Su primera media hora, cuando se vengan por el «bullying» que sufre la protagonista

Lo peor

Que la directora profundiza muy poco en los cuatro personajes principales; bueno, en todos