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Sean Connery muere a los 90 años

El actor recibió un Oscar por su papel en “Los intocables de Eliot Ness”
  • Víctor Fernández está en LA RAZÓN desde que publicó su primer artículo en diciembre de 1999. Periodista cultural y otras cosas en forma de libro, como comisario de exposiciones o editor de Lorca, Dalí, Pla, Machado o Hernández.

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El actor Sean Connery, el mejor James Bond de todos los tiempos, ha fallecido hoy a los 90 años. El intérprete y productor de cine estaba retirado desde hacía años. Contaba con un Óscar por su interpretación en “Los Intocables de Eliot Ness”, así como dos premios BAFTA y tres Globos de Oro. Interpretó siete veces a James Bond, entre 1962 y 1983, papel que le dio la fama. Pero también destacó por ser el protagonista de clásicos como “Los intocables”, “Indiana Jones y la última cruzada”, “Robin y Marion”, “El nombre de la rosa”, “La roca” y “El hombre que pudo reinar”.
Después de trabajar en diferentes oficios, Connery descubrió que la interpretación era donde quería trabajar tras participar con 20 años en el musical “South Pacific” siendo uno de los chicos del coro. Con ese punto de partida, empezó a participar en producciones televisivas y teatrales. Importante fue en ese tiempo la ayuda de su amigo, el también actor Robert Henderson, que lo introdujo en el mundo de los clásicos.
Su debut en la gran pantalla vino con las películas “Ruta Infernal” (1957) de Cy Endfield, “La Frontera Del Terror” (1957) de Terence Young, “Brumas De Inquietud” (1958) de Lewis Allen y “La Gran Aventura De Tarzán” (1958) de John Guillermin. Fue en 1962 cuando logró el papel que cambiaría su carrera para siempre al convertirse en el agente 007, en el mejor James Bond que ha dado la pantalla. “007 contra el Doctor No”, fue el primer título de la serie con Terence Young como director y Ursula Andress como compañera de reparto.
Desde Rusia con amor
Connery siguió siendo Bond en “Desde Rusia con amor” (1963) de Young, “Goldfinger” (1964) de Guy Hamilton, “Operación Trueno” (1965) de Young, “Sólo se vive dos veces” (1967) de Lewis Gilbert, “Diamantes para la eternidad" (1971) de Guy Hamilton y “Nunca Digas Nunca Jamás” (1983) de Irvin Kershner. Connery no fue solamente Bond.
En los 60 lo podemos encontrar en algunos clásicos, como “El Día Más Largo” (1962); “Marnie, la ladrona” (1964) bajo la dirección de Alfred Hitchcock con Tippi Hedren”; o “Un Loco Maravilloso” (1966) de Irvin Kershner. En la siguiente década quiso alejarse de la huella de Bond y optó por títulos en los que demostró su capacidad interpretativa. De esta manera, lo pudimos encontrar en “Asesinato En El Oriente Express” (1974), adaptación de la novela de Agatha Christie, dirigido por Sidney Lumet; “El hombre que pudo reinar" (1975), una maravillosa historia con Michael Caine y dirección de John Huston a partir de un cuento de Rudyard Kipling; “Robin y Marian" (1976) de Richard Lester, una visión crepuscular del mito de Robin Hood con Audrey Hepburn.
En la última etapa de su carrera logró otra vez saber escoger muy bien sus papeles para dar lo mejor de sí mismo. Es el caso de su participación en “El Nombre De La Rosa” (1986), de Jean-Jacques Annaud a partir de la novela de Umberto Eco y donde se convirtió en el monje detective William von Baskerville; “Los Inmortales” (1986) de Russell Mulcahy; “Los Intocables De Eliot Ness” (1987) de Brian de Palma, que le valió su único Oscar; “Indiana Jones y La Última Cruzada” (1989), de Steven Spielberg donde fue el inolvidable padre de Harrison Ford; “La Caza Del Octubre Rojo” (1990) de John McTiernan; “La Roca” (1996), de Michael Bay con Nicholas Cage y Ed Harris; o “La liga de los hombres extraordinarios” (2003), de Stephen Norrington, su última película.