Los 6 “Ecce Homo” que dejan el arte en España “hecho un Cristo”
Un edificio emblemático de Palencia se une a la lista de obras de arte cuyas restauraciones han sido objeto de risa y polémica
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La restauración de obras de arte siempre debe ser un trabajo minucioso y respetuoso. A la vez que apasionante, recuperar la originalidad de una pintura o una escultura debe ser complicado. No obstante, no por su grado de dificultad es imposible, aunque haya ciertas reparaciones que no opinen lo mismo. De la gran cantidad de especialistas que habrá en España en cuanto a restauración, en algunas ocasiones hay quienes han metido la pata realizando verdaderas trastadas en su trabajo. Ejemplo de ello es uno de los edificios más emblemáticos de Palencia.
La ciudad castellanoleonesa ha pasado a formar parte del selecto club de localidades españolas que cuentan en su haber con un “ecce homo" propio. Una tradición que parece haber cobrado vida desde el polémico que se produjo en 2012 en Borja. Y, esperemos, que no se convierta en moda. En cuanto a Palencia, se trata de la sede del banco Unicaja que se encuentra en la calle Mayor, un edificio que se inauguró en 1923 para la Federación Católica-Agraria y que cuenta con diferentes relieves religiosos en la fachada.
Pues bien, en dichas esculturas se ha visto cómo la cabeza de una de ellas ha resultado en una figura tan ridícula que las fotografías continúan difundiéndose a través de redes sociales. Fue el pintor palentino Antonio Capel quien dio la voz de alarma a través de Twitter, calificando lo ocurrido como “picia”. “Esta cabeza se cayó de uno de los edificios emblemáticos de Palencia, cuna de artistas. Pues alguien ha hecho de esta obra maestra, el nuevo ‘Cristo’ de Borja, porque está hecho un Cristo, y seguro que alguien ha cobrado por ello”.
Por tanto, este daño al patrimonio cultural de Palencia se une a otros episodios que han causado tanta impotencia como humor entre la sociedad española. Todo comenzó en Borja (Zaragoza), donde Cecilia Giménez se hizo mundialmente conocida tras restaurar una obra de Elías García Martínez en el Santuario de Misericordia. Su hazaña fue tan desastrosa que se convirtió en un fenómeno, siendo miles las personas curiosas que fueron a la localidad a ver en primera persona el “Ecce Homo”.
Más tarde, en 2016, una nueva polémica. Esta vez, en la localidad salmantina de Peñaranda de Bracamonte. De nuevo, un aficionado a la restauración se encargó de una talla del siglo XVII que representaba a San Miguel Arcángel, en la ermita del Humilladero. Fue un vecino quien se encargó de realizar tal reparo, aunque el gremio de restauradores y conservadores entendieron la buena fe en las actuaciones acometidas.
La lista continúa en Navarra. En la iglesia de San Miguel, el párroco encargó restaurar una escultura de madera de San Jorge. Y el resultado fue digno de una caja de juguetes. Al igual que en la ermita de Rañadoiro (Asturias), donde en 2018 la buena fe de una vecina acabó en una pintoresca figura. Se encargó de restaurar tres tallas de madera de los siglos XV y XVI, dándoles unos toques de color. Pero, más que “unos toques”, las piezas casi que se bañaron en barreños de pintura.
Por último, este mismo año, una restauración que muchos agradecieron que se produjera en la copia de una obra original. Se trata de una Inmaculada de Murillo intervenida por un artesano. El objetivo era el de aclarar la pintura. No obstante, en el proceso el rostro se desdibujó, concluyendo en una figura desfigurada.