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Polémica

Mary Wollstonecraft: un tributo a la ilustre feminista en cueros

Una estatua financiada por “crowdfunding” ha levantado la polémica por su manera de representar al icono literario

Estatua de Mary Wollstonecraft, obra de la escultora Maggi Hambling
Estatua de Mary Wollstonecraft, obra de la escultora Maggi HamblingMary on the green

Levantar una estatua en el año que está llegando a su ocaso es una tarea digna solo de los más valientes. Después de que Occidente asistiera a la caída de ídolos en piedra de Cristóbal Colón, Winston Churchill o polémicas figuras del esclavismo estadounidense, la inauguración de una efigie de Mary Wollstonecraft conmemorando el segundo bicentenario de su fallecimiento gozaba de todos los elementos que celebra la corrección política de nuestro tiempo. Esto es, una mujer feminista, escritora ilustre y filósofa vindicadora del «otro sexo», y además sin anécdotas execrables ni un pasado turbio que esconder. En principio, todo a prueba de polémicas.

La sorpresa, y también la indignación que han enarbolado autoras como Caitlin Moran o Tracy King en redes sociales, pasa por la propia estatua: una representación de Wollstonecraft completamente desnuda en bronce plateado. Aunque el malestar se haya manifestado desde palabras como «misógino», porque es una idealización libre del cuerpo de la autora o «irrespetuoso» con su legado, lo cierto es que no se puede decir que la polvareda no se viera venir.

Financiada a través de una campaña de aportaciones digitales que logró más de 140.000 libras, la estatua puede visitarse en el norte de la ciudad, muy cerca del British Museum, y fue encargada a la artista Maggi Hambling. Célebre «oveja negra» de la talla británica y contestaría por castigo, ya soliviantó a propios y extraños cuando esculpió el homenaje a Oscar Wilde como un fantasma saliendo de su propia tumba mientras fumaba.

El organizador de la propuesta recién presentada, el escritor Bee Rowlatt, ha explicado que «despertará inequívocamente la conversación y el debate» y que eso es bueno, «porque es lo que hizo Wollstonecraft toda su vida». Y su razonamiento no es del todo erróneo, porque un tradicional y pacato busto en mármol difícilmente justificaría estas líneas. Pero, ¿no es sumamente triste que uno de los pilares de la escritura en femenino en inglés tenga que «volver a la vida» por un desnudo que encima ni es suyo? Su memoria debería estar por encima de un tuit rabioso o un comisario ansioso de atención.