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“Hoy puede ser mi gran noche”... o no

Teatro en Vilo irrumpe en el Festival de Otoño con una pieza cómico-musical en la que analizan el fracaso en la generación crecida en los 90

Noemi Rodríguez en "Hoy puede ser mi gran noche", de Teatro en Vilo
Noemi Rodríguez en "Hoy puede ser mi gran noche", de Teatro en Vilo.Teatro en Vilo

“Hoy puede ser mi gran noche” fue otra de esas obras que sufrió el gatillazo pandémico. El 29 de febrero tuvo su primer bolo en Avilés, Asturias, y cuando iba a subirse a las tablas del Fernán Gómez madrileño llegó el apagón escénico (y global) y todo quedó en “stand by”. Pero las chicas de Teatro en Vilo, Andrea Jiménez y Noemi Rodríguez, no se pusieron ni medio nerviosas. Con ese “buenrollismo” que las envuelve a ellas y a sus montajes, explican que aprovecharon para desestresarse de una etapa de “saturación” y que, además, “a este ‘chow’ le sienta bien ese reposo, igual que a un buen guiso”, comentan haciendo gala de su optimismo.

Así que como si de un estofado de ternera gallega con cachelos se tratase, o un buen lacón con grelos, la pieza volvió en verano para la MIT de Ribadavia con toda la irreverencia de En Vilo, y ahora coge la ola del Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid para colarse en la Sala Mirador del 13 al 15 de noviembre (también estarán en el Josep Carreras de Fuenlabrada el día 27). Una obra en la que las dos artistas llevan trabajando tiempo “a hurtadillas. En los ratos libres, hacíamos este montaje” en el que se aborda esa obsesión por llegar a la cima, pero, sobre todo, se sumergen en la realidad del fracaso. “Hoy puede ser mi gran noche”... o no.

“Va sobre lo mucho que nos esforzamos para lograr un ideal de éxito y los dolores que eso nos conlleva”, explica Noemi Rodríguez de esta fiesta teatral cómico-musical. Un ejercicio de autoficción que interpela directamente a la creadora y que cuenta la historia de un cantante de orquesta gallega y su hija, cuya máxima aspiración es ser como su padre. La trama se zambulle en ese sentimiento generacional de todos aquellos crecidos en los 90 de que jamás se llegará a alcanzar esa meta que algún día nos contaron como posible.

En escena, una actriz y una música se desdoblan en múltiples voces para hacer un viaje al pasado, “a un mundo que puede parecer exótico para todo el que no sea gallego”, apunta Jiménez de “esa extraña amalgama que resulta lo que un día quisimos ser y lo que somos ahora. Nos dijeron que la curva del progreso iba hacia arriba, aunque luego hemos podido comprobar que no es así. Somos súper ‘losers’”, afirma ante la risa cómplice de su compañera Noemi, que reconoce el trauma que, como generación, "aún no hemos superado”.

La protagonista, interpretada por Rodríguez, intentará copiar los sueños de su padre hasta que se pregunte si de verdad es eso lo que quiere. En su caso particular, reconoce que, “en parte”, sí lo hizo: “Vengo de una familia trabajadora, donde esa idea de ser artista y que la gente te aplauda por hacer tu trabajo ya es todo un evento”. De esta forma, “Hoy puede ser mi gran noche” desprende cierta nostalgia sobre esas clases obreras que sí tenían opción al progreso. “Como trabajadoras culturales que somos parece que, como hacemos lo que nos gusta, tenemos que vendernos a la autoexplotación precaria de forma infinita. Y estoy contenta, pero si comparas el nivel de horas de trabajo con el de ocio le coges hasta manía”, cierra Jiménez.

Dónde: Sala Mirador, Madrid.
Cuándo: del 13 al 15 de noviembre.
Cuánto: desde 14 euros.