Buscar Iniciar sesión

Adiós a Larry King, un gigante del periodismo

El periodista, presentador durante más de dos décadas de un célebre programa en CNN, tenía 87 años y padecía coronavirus
  • Víctor Fernández está en LA RAZÓN desde que publicó su primer artículo en diciembre de 1999. Periodista cultural y otras cosas en forma de libro, como comisario de exposiciones o editor de Lorca, Dalí, Pla, Machado o Hernández.

Creada:

Última actualización:

El periodista Larry King, uno de los mejores entrevistadores de todos los tiempos, ha fallecido a los 87 años, según han confirmado desde su perfil oficial en redes sociales. Al pie del cañón hasta fecha reciente, logró entrevistar a las personalidades más importantes de la segunda mitad del siglo XX gracias, especialmente, al programa que tuvo entre 1985 y 2010 en CNN y titulado «Larry King Live». Desde principios de enero estaba hospitalizado, víctima del coronavirus.
El periodista padecía diabetes de tipo 2 y había tenido numerosos problemas médicos, entre ellos varios ataques cardíacos, un cáncer de pulmón y una angina de pecho, una enfermedad causada por una disminución del flujo sanguíneo hacia el corazón.
Los responsables de su cuenta oficial en redes sociales anunciaron que «con profunda tristeza, Ora Media anuncia la muerte de nuestro cofundador, anfitrión y amigo Larry King, quien falleció esta mañana a los 87 años en el Centro Médico Cedars-Sinai en Los Ángeles. Durante 63 años y en las plataformas de radio, televisión y medios digitales, las miles de entrevistas, premios y elogios globales de Larry son un testimonio de su talento único y duradero como locutor».
En realidad se llamaba Lawrence Harvey Zeiger. Nacido en 1933 en el neoyorquino barrio de Brooklyn, como a él le gustaba recordar, desde joven supo que lo suyo era dedicarse al periodismo. Empezó en una pequeña emisora de Miami, sustituyendo a la voz que se dedicaba a los anuncios, pasando después a poner discos en un espacio matinal. Fue el gerente de esa estación quien lo bautizó como Larry King, un nombre que pensaba que era mucho más comercial.
Tras varios matrimonios fallidos y una carrera turbulenta en la que fue incluso arrestado por robos menores, todo cambió a partir de 1978 cuando estrenó el programa de radio «The Larry King Show» desde Miami y emitido en 118 ciudades.
En 1985 llegó su momento al fichar por la cadena de noticias CNN para poner en marcha el espacio de entrevistas «Larry King Live». Fueron 25 años en antena logrando testimonios que en algunas ocasiones eran impensables para la televisión. Entrevistó a todos los presidentes estadounidenses desde 1974 hasta Barack Obama, pero también a dirigentes como el palestino Yasir Arafat o el ruso Vladimir Putin, además de iconos como el cantante Frank Sinatra, el actor Marlon Brando o el deportista Michael Jordan tras anunciar su retirada. En casos como el de O. J. Simpson hizo un seguimiento ejemplar del caso logrando declaraciones de todas las partes. El periodista realizó a lo largo de su extensa carrera 6.000 programas de entrevistas. Su secreto era el de saber escuchar y nunca interrumpir, logrando que el entrevistado estuviera cómodo y se sincerara.
Abandonó CNN en 2010 y siguió haciendo entrevistas difundidas a través de su página web. En 2012 lanzó el programa «Larry King Now» en Ora TV, un canal de vídeos a la demanda que cofundó.
Sus gafas de pasta y sus tirantes crearon de él una imagen icónica, convirtiéndolo en un periodista copiado, pero nunca superado. En este sentido, Lady Gaga, durante una de sus entrevistas, lo llamó «King Larry». Se casó siete veces y perdió a cuatro de sus siete hijos. Su legado ha sido y es el haber hecho buen periodismo.
A través de su espacio en CNN, Larry King consiguió audiencias millonarias. Eso es lo que logró al realizar un debate entre el entonces vicepresidente estadounidense Al Gore y el empresario Ross Perot poco después de que este último anunciara que quería llegar a la Casa Blanca. El programa fue visto por 16,3 millones de espectadores. Su espacio en el canal de noticias tenía una media de 1,5 millones de espectadores. En algunos casos logró imposibles, como poder tener durante casi tres horas a su disposición a Frank Sinatra, en 1988, alguien no muy amigo de conceder entrevistas y reticente a encuentros con periodistas. Gracias a la mediación del cómico Jackie Gleason pudo entrevistar a Sinatra, logrando que le confesara que todavía sentía pánico a salir en escena.