La M.O.D.A.: «Para bien y para mal, tenemos los pies en el suelo»
La banda suma fuerzas con Refree en su disco «Ninguna ola» para llegar a una expresión de la emoción “más desnuda”
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Parece, a primera vista, una mezcla antinatural. La banda burgalesa La M. O. D. A., a todos los efectos una «big band» compuesta por siete instrumentistas, buscaron al productor más minimalista de la escena estatal, el muy reconocido Raül Refree para trabajar juntos en el siguiente disco del grupo. «Para nosotros ha sido un golpe de frescura –dice David Ruiz, cantante del grupo–. Después de diez años y tres discos necesitábamos expresarnos por otros caminos y llegar a la emoción. Raül nos ha ayudado a llegar al sonido que queríamos en el que cada instrumento tiene su espacio. Hemos intentado llegar más que nunca a lo esencial y también ha resultado ser el trabajo más colaborativo y en el que menos peso tienen las individualidades», explica sobre «Ninguna ola», el trabajo que ha publicado la banda.
El guitarrista Nacho Mur apunta que Refree es un referente, «uno de los grandes». «Claro que no nos pilló por sorpresa, porque conocíamos sus discos. El que hizo con Rosalía o con Silvia Pérez Cruz. Le llamamos cuando vimos hacia dónde iban las canciones en las que habíamos trabajado dos años y a las que él aportó su visión personal». El disco estaba hecho antes de la pandemia con la excepción de un tema, pero el Coronavirus se llevó por delante toda la gira que tenían prevista. Pero la ola de la que habla el título no es esta tercera en la que estamos, ni ninguna de las anteriores. «Nos gustaba que el título reflejase de qué van las letras y la idea era referirse a las olas del mar, que nunca habrá dos iguales en toda la eternidad. Y también refleja la posición de la banda, en mitad de la vorágine de ’'streams’' y de la industria que cambia. Nosotros estamos a nuestra movida, a nuestro aire, tratando de hacer las cosas con la sensatez de siempre y la sensibilidad que hemos mantenido desde el primer día», explica Jacobo Naya, teclista. Los de Burgos no se sienten representados en ninguna ola musical. «Siempre hemos hecho lo que necesitábamos. El disco podría haber sido de estadio y coros gigantes pero no estamos en ese momento y con la ayuda de Raúl fuimos a buscar la esencia de cada canción».
La vorágine
De esa vorágine, ese permanente movimiento de las mareas y las olas surge la inspiración de las letras también, según David: «la inspiración es el cambio permanente de las vidas de la gente, de las nuestras, en las que no hay dos momentos iguales pero al mismo tiempo hay algo de repetición, de estar en el mismo lugar. De eso te das cuenta cuando creces, que te piensas que cuando seas mayor lo tendrás todo controlado porque ves a los adultos y crees que saben lo que hacen y te das cuenta de que todo el mundo está igual de perdido. Hay bandas que describen situaciones costumbristas o personajes, historias... no sé, nosotros trabajamos con las emociones y los sentimientos, que aparecen mezclados en las letras, como en la cabeza de cualquier persona», apunta Ruiz. «Hay momentos más de amor, más tristes, melancólicos o reivindicativos. Es nuestro universo desde siempre. Y el disco está basado en torno a nuestra vida. Para bien o para mal, tenemos los pies en el suelo y nos inspira la realidad», añade el cantante y letrista.
Con lo que ha pasado, es difícil hacer planes en 2021. «Tenemos muchas ganas de tocar, pero a la hora de hacer conciertos la prioridad es ir con cautela y sin agobios. Iremos confirmando lo que se pueda, pero la base es hacerlos con todas las medidas de seguridad», explica Jorge Mariscal.