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El polémico «embajador» de Corea del Norte desmiente el documental

El diplomático español habla tras el estreno de la cinta en Filmin en la que supuestamente se le ve facilitando el tráfico de armas y drogas entre Corea del Norte y un empresario europeo
larazon
La Razón

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No ha tardado Alejandro Cao de Benós en responder a “El infiltrado”. Esta misma mañana lanzaba un comunicado en el que hacía referencia a un “montaje lleno de mentiras, totalmente tergiversado y manipulado para obtener beneficio aprovechando mi imagen pública”. Palabras que llegan tras la repercusión del estreno, pero sin que el protagonista haya visto la cinta, como ha dado a entender.
“Tengo entendido que, en el filme, Mads Brügger dice que yo he sido detenido por tráfico de armas, lo cual es totalmente falso”, aseguraba al mismo tiempo que reconoce que el arresto fue por “tenencia ilícita de armas en mi domicilio”. Asegura así “que no hay ningún afán de investigación ni de contrastar información si no de sensacionalismo barato”.
Además (y siempre por lo dicho de su boca), en el proyecto de Mads Brügger se considera a Cao de Benós “un super villano o un idiota”, sin embargo, continúa, “solicitó encarecidamente mi ayuda para su primera visita a la RPDC. Gracias a ello pudo tener encuentros con el Korean Film Studio y produjo su anterior film ‘The Red Chapel’ (2009). Asimismo, insulta a la RPD de Corea llamándola una empresa maligna y criminal, pero no dudó en pagar cientos de miles de euros al país para realizar su primer film-basura”.
El “embajador” afirma ser el delegado especial de un departamento de relaciones culturales en el que sus cargos “son honoríficos” y que no cuenta ni con contrato ni con salario por ello, y que su cargo le me permite “facilitar intercambios culturales o atender entrevistas con la posición oficial de la RPDC”: “No estoy autorizado a tomar decisiones por parte de cualquier departamento u organización del país. Nunca la RPD de Corea me ha propuesto facilitar negocios que tengan que ver con armas y/o drogas.
Sobre Ulrich Larsen sentencia que “nunca” ha tenido una relación “cercana o regular con él”. Simplemente se limitó a un correo electrónico cada “3 o 4 meses y un encuentro anual junto con otros amigos de nuestra asociación. Cuando nos encontrábamos, Ulrich se quejaba de su complicada situación económica, los problemas de salud de su hija y su padre. Él maldecía al gobierno danés porque apenas recibía 500 euros de pensión mensual y la vida en su país era tan cara”.
Comenta el diplomático que la supuesta “infiltración” de Ulrich se produce en el 2012, pero que el primer encuentro con el señor James fue el 16 de mayo del 2016. “Como no tenemos nada que ocultar y Mads Brügger no pudo conseguir material sensacionalista durante 4 años, decidió crear una obra de teatro a la que yo seguí el juego con dos objetivos: Denunciar a Ulrich y James en dos organismos (español y de un tercer país) una vez tuviera pruebas y consiguiera la información que buscaba. Miles de miembros de la Asociación de Amistad con Corea (KFA) conocen que el propósito de nuestra asociación es la amistad y la cultura, y durante 6 años, Ulrich atendió y grabó abiertamente nuestras reuniones, las publicó en internet y todo el mundo sabe quiénes somos y lo que hacemos; incluidos muchos agentes de diversos servicios de inteligencia”, puntualiza.
Cuenta Alejandro Cao de Benós que al actor también le “siguió el juego”. “Decidí crear una estrategia. Tenía que mentir también a Ulrich, ya que era el sirviente personal de James y toda la información pasaba a través de él. James nunca dio detalles de su compañía o de él mismo por lo que necesitaba tener su pasaporte, su compañía y su intención real para informar a las autoridades -continúa-. Al solicitar el visado para visitar Pyongyang pude entonces tener su nombre real: Jim Mehdi Latrache-Qvortrup, ya solo me quedaba tener alguna prueba de lo que realmente pretendía”.
“Su propuesta inicial era la construcción de un hotel, pero más tarde se refirió a que quería construir armas en el sótano del hotel lo cual cambió inmediatamente mi postura sobre él y Ulrich. Le dije que lo único que podía hacer era facilitarle una visita al país. De cualquier forma, era un hombre muy arrogante y racista, por lo que desempeñé un papel que se ajustara a su modo de vida y fantasía. Así que le mentí, preparé sobre la marcha un discurso de ventas monumental para impresionarle, sacarle información y saber quién estaba detrás de todo eso”.
De esta forma, sentencia que el proyecto es “un montaje de ficción que busca el sensacionalismo” y que “no tiene un ápice de periodismo”. “Los miembros de nuestra Asociación de Amistad con Corea (KFA) no tienen nada que ver con el montaje preparado por Mads y Ulrich, pero sus nombres y datos privados fueron publicados sin consentimiento y han iniciado acciones legales”.
“Mantengo contacto personal con el Panel de Expertos de sanciones de las Naciones Unidas, quienes fueron los primeros en comprobar que el filme y las acusaciones no tienen sentido. A pesar de ser una pieza sensacionalista y basura hay un elemento positivo, desde su estreno han aumentado diez veces las solicitudes de membresía en nuestra asociación”, explica Cao de Benós.