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Esta es la música que tienes que escuchar, según James Rhodes

El pianista británico presenta «Playlist. Rebeldes y revolucionarios de la música», una introducción antiacadémica a la música clásica a través de siete compositores canónicos que sirva de «trampolín» para los no iniciados.
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El pianista británico presenta «Playlist. Rebeldes y revolucionarios de la música», una introducción antiacadémica a la música clásica a través de siete compositores canónicos que sirva de «trampolín» para los no iniciados.
El pianista británico presenta «Playlist. Rebeldes y revolucionarios de la música», una introducción antiacadémica a la música clásica a través de siete compositores canónicos que sirva de «trampolín» para los no iniciados.
Playlist
«Cello Suite No. 1 in G Major. Prelude». J. S. Bach. Intérprete: Pablo Casals
«Goldberg Variations. Aria». J. S. Bach. Johann Sebastian Bach. Intérprete: Glenn Gould
«Requiem in D Minor. Dies Irae». W. A. Mozart. Intérprete: Musica Aeterna, Teodor Currentzis & The New Siberians Singers
«The Marriage of Figaro. Overture». W. A. Mozart. Intérpretes: Musica Aeterna, Teodor Currentzis
«Emperor» Concerto, Second movement. L. van Beethoven. Int.: Hélène Grimaud, Staatskapelle Dresden & Wladimir Jurowski
«Eroica» Symphony, First movement. L. van Beethoven. Intérpretes: Jordi Savall & Le Concert Des Nations
«Étude Op. 10/1 in C Major». F. Chopin. Intérprete: Zlata Chochieva
«Nocturne No. 2 in E flat Major». F. Chopin. Int.:Fazil Say
«Ave Maria». F. Schubert. Int.: R. Kalin, A. Berving-Wassen, Stella Chamber Choir & Solvieg Agren
«Piano Trio No. 2 in E flat Major, Finale». F. Schubert. Int.: R. Capuçon, Frank Braley & G. Capuçon.
«Piano Trio No. 2 in E flat Major, Finale». S. Rachmaninoff. Int.:Valentina Lisitsa, London Symphony Orchestra & Michael Francis
«Prelude in G. Minor». S. Rachmaninoff. Int.: Xiayin Wang.
«Boléro». M. Ravel. Int.: Boston Symphony Orchestra & Seiji Ozawa.
«Le Tombeau de Couperin». M. Ravel. Int.: James Rhodes.
James Rhodes tiene una promesa. Solo tenemos que escuchar dos obras de siete compositores clásicos mientras leemos su nuevo trabajo, un libro. Porque Rhodes es el músico que más escribe casi sin competencia posible. El caso es que, si después de escuchar y leer no apreciamos la música clásica, él nos exonera del deber moral de hacer más esfuerzos por entenderla. Tan seguro está de que el reto vale la pena. El volumen, que se parece más a un cómic o un álbum que a un manual, se llama «Playlist. Rebeldes y revolucionarios de la música» (nótese que dice música sin adjetivos, sin clásica detrás) y es una invitación a este tradicionalmente hermético mundo de los «señores con pelucas blancas y rizadas», según sus palabras. El británico, que reside en Madrid desde hace dos años, anunció ayer en rueda de prensa que ha solicitado la nacionalidad española ante la inminencia del Brexit, aunque «faltan un par de años todavía para que me la concedan».
De Bach a Rosalía
Para facilitar las cosas, Rhodes pone en su perfil de Spotify la lista de piezas que ha seleccionado (y que tiene la elegancia de incluirse a sí mismo como intérprete solo en último lugar), de forma que estén accesibles a todo «millenial» que se precie. «La educación está muy mal en todo el mundo, no solo en España. Y este libro intenta que la gente se acerque a la música, a una parte de la cultura a la que nos han privado el acceso. Odio la separación de la música clásica y la popular. La gente cree que la clásica es una cosa de pijos y de ricos y es una pena, porque a mi me salvó la vida», defendió.
«Hay una línea que va de Bach a Rosalía. Odio la segregación. ¿Cuántos niños han ido al Auditorio Nacional o al Teatro Real? Muy pocos han escuchado una orquesta y eso es muy triste. Es su cultura también y sería muy importante que la conocieran. La música a mi me salvó de un mundo oscuro. Hoy en día necesitamos más creatividad que nunca, porque esas son las cosas que cambian la vida de la gente. Un mundo sin música sería horrible». El británico también asume la responsabilidad que tienen los músicos de clásica de hablar, explicar y difundir lo que hacen, ser accesibles. «Ser pianista no es diferente a nada, no somos especiales, es un curro», dijo haciendo gala de vocabulario cheli. Asimismo, se puede contar la historia de los grandes compositores de otra manera más cercana. «Imagino que Bach y Beethoven hoy utilizarían las redes, claro. Chopin también, pero sería muy triste y autocompasivo, muy aburrido de seguir. Bach sería una rockstar, seguro. Sería el Risto Mejide de la clásica. Y seguro que utilizarían Tinder... y Grinder». ¿Con quién se iría de juerga? «Beethoven... no, que era sordo y eso lo complica. Yo creo que con Mozart. Ese tío empezó a componer con 5 años y murió con 35. Su obra cabe en 180 cedés. Es decir, que cada año es como si publicase seis discos. Era alucinante». Este es más o menos el tono en el que están escritas las introducciones de los compositores del libro. «Que nadie espere la Oxford University», ironizó
«Playlist. rebeldes y...»
James Rhodes
CROSSBOOKS
71 páginas,
24,95 euros