Crítica de “El rey de Zamunda”: En busca de la gracia de Eddie Murphy ★☆☆☆☆

Dirección: Craig Brewer. Guion: Barry W. Blaustein, David Sheffield y Kenya Barris. Intérpretes: Eddie Murphy, Arsenio Hall, Wesley Snipes. USA, 2021. Duración: 110 minutos. Comedia. Amazon Prime Video.

Cerca de su sesenta cumpleaños, Eddie Murphy está lejos de ser su soñado Charlie Chaplin. Como su carrera como director empezó y terminó en el fracaso de “Noches de Harlem”, se busca artesanos a sueldo que le hagan el trabajo sucio, o lo que es lo mismo, que orquesten secuelas anacrónicas y prescindibles como “El rey de Zamunda”. Hay un momento muy bizarro del filme de Craig Brewer (reciente artífice de la más ambiciosa “Yo soy Dolomite”, también a mayor gloria de Murphy) que sirve para explicar cómo y por qué el príncipe Akeem dejó un hijo bastardo en la visita a Nueva York que le preparó John Landis en 1988, un momento que rejuvenece a Murphy y Arsenio Hall, su compinche de correrías nocturnas, y que funciona como arrebato nostálgico de una película que parece añorarse a sí misma en el seno de su metraje. Así las cosas, “El rey de Zamunda” intenta recuperar, con nula fortuna y torpes estrategias, el encanto del original repitiendo números musicales, situaciones cómicas y escenarios exóticos y urbanos para ofrecernos un entretenimiento para toda la familia que nos hace añorar, y ya es decir, el mal gusto transformista de “El profesor chiflado” y “Norbit”. Por lo menos, en aquellas había una disonancia chabacana de la que quejarse. Aquí, ni eso.