Dmitri Bashkirov, adiós a un maestro
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Dmitri Bashkirov falleció este domingo. En noviembre hubiera cumplido 90 años. Nació en Tbilisi el 1 de noviembre de 1931. Estudió con Anastasia Virsaladze en el conservatorio de Tbilisi y con Alexandre Goldenweiser en el Chaikovski de Moscú. Tras un segundo premio en el concurso de Marguerite Long-Jacques Thibaud, su carrera se fue asentando en la URSS, siendo frecuentes sus salidas al extranjero para actuar como solista o junto a agrupaciones como la Sinfónica de Chicago, la Orquesta de París o la Royal Philharmonic Orchestra, junto a maestros como Vladimir Ashkenazy, Daniel Barenboim, Zubin Mehta, Kurt Masur, George Szell, Wolfgang Sawallisch o su célebre compatriota Yevgueni Mravinski, siempre bajo el paraguas de la organización cultural rusa.
Por aquel entonces los organizadores pagaban precios de mercado para artistas de la categoría de Bashkirov, pero estos recibían la décima parte. Existía la costumbre de, una vez en estos países extranjeros, pactar algún concierto adicional con los empresarios que ellos cobraban con la mano izquierda. Así lo hizo él en Andalucía, tocando en la misma tarde-noche dos veces seguidas el mismo concierto.
Fue Alfonso Aijón quien le introdujo en España en el primero de sus ciclos de Grandes Intérpretes en el María Guerrero, si bien un par de años antes ya se había presentado en el Teatro Real por iniciativa de Aijón, que le había conocido en Hamburgo en 1955, en un concierto en el que tras la «Sonata n.3», de Brahms, tocó como propina «Córdoba», de Albéniz. Fue el presagio de su posterior fundamental vinculación con España. El citado Brahms y, en general los románticos, fueron su mejor repertorio, en el que se incluye un Chopin muy especial como puede comprobarse en YouTube.
Alfonso Aijón le presentó a Paloma O’Shea, convirtiéndose en el primer profesor de la Escuela Reina Sofía, antes de que ésta tuviera sede en Pozuelo en 1991. Desde entonces ha colaborado en ella, a través de la Cátedra de Piano Fundación Banco Santander, recibiendo el título de Profesor Emérito de manos de la Reina Sofía, quien ayer presidió el Patronato de la Fundación, en el que el pianista fue emotivamente recordado. En el despacho de O’Shea figura una foto de Bashkirov, Aijón y ella.
Bashkirov había enseñado antes en el Conservatorio Chaikovski de Moscú, el Superior de Música de París, el Mozarteum de Salzburgo y la Academia Sibelius de Helsinki. En la Escuela Reina Sofía y los Encuentros de Santander formó a más de cien alumnos de más de treinta nacionalidades. Inteligente y culto, fue un gran pianista, pero también un gran maestro, aunque difícil para sus alumnos debido a su seriedad, perfeccionismo, su gran sentido de la disciplina y, en definitiva, su carácter muy ruso. Hace apenas tres años que se quejaba en «El Diario Montañés» de la jubilación obligada en muchos países a los 65 años, pero él pudo enseñar durante muchos más.
Mi pésame a su hija, la también pianista Elena Bashkirova, al resto de su familia y a la Escuela Reina Sofía.