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El editor de Páginas de Espuma, Juan Casamayor

«“Tiempo de llorar y otros relatos” absorbe una poesía y un lirismo brutales»

El editor de Páginas de Espuma defiende que hay que reivindicar a ciertas escritoras, y una de ellas es la navarra María Luisa Elío

Durante la creación de la antología «Vindictas», Juan Casamayor, junto a la también editora Socorro Venegas, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), buscó «demostrar que a lo largo del siglo XX hubo escritoras de cuentos magníficas y que estaban invisibilizadas». Para ello, el editor de Páginas de Espuma explica que «seleccionamos veinte autoras» de diversos países, y eligieron en España a María Luisa Elío: «Si tengo que decirte cuál es ahora mi favorito, elijo su “Tiempo de llorar y otros relatos”, es uno de los libros de cuentos que más me ha impactado en los últimos tres años», asegura Casamayor.

–¿Por qué?

Más allá de que hay que revitalizar, visibilizar y reivindicar ciertos nombres, es un libro que está escrito con unos mimbres literarios absolutamente modernos. Fue concebido en la segunda mitad del siglo XX y, en cambio, está perfectamente vinculado a ciertas obras de escritoras actuales. María Luisa Elío fue una niña que sale de Pamplona durante la Guerra Civil y acaba exiliada en México, donde desarrolla su trabajo literario e intelectual. Además, fue conocida, o debería serlo, por ser la autora del guión del mejor mediometraje documental sobre el exilio español: «En el balcón vacío». Este filme empieza con una niña que desmonta un reloj en una ventana. Esa posiblemente sea la principal característica de la poética de Elío: es capaz de desarticular el mecanismo del tiempo en su escritura. Además, el libro absorbe una poesía y un lirismo brutales.

María Luisa Elío fue una escritora navarra que vivió exiliada en México
María Luisa Elío fue una escritora navarra que vivió exiliada en MéxicoLA RAZONLA RAZON

–Si es un libro fundamental, ¿por qué se desconoce?

–Porque el canon de lectura ha tenido durante muchas décadas un filtro absolutamente patriarcal y machista. Elío escribía, hacía cine, estaba en el círculo de escritores mexicanos más relevantes de los años 60 o 70. Pero existe una fractura y a las escritoras como ella se las invisibiliza y silencia.

–Y su nombre no resuena...

–Hay que hacer un doble ejercicio de curiosidad y esfuerzo lector, de buscarlas, leerlas y difundirlas. Si he llegado a una conclusión en mi trabajo es que con publicar sus libros no es suficiente. Elío es una autora absolutamente a reivindicar.

–¿Qué va a descubrir quien se asome a «Tiempo de llorar...»?

–Un libro escrito hace décadas moderno y actual. Una obra de cuentos basada en la fragmentación, que rompe absolutamente los límites de los géneros, porque está colindante la narración breve con la poesía. La palabra es exacta. El lenguaje está cuidadísimo hasta el último detalle, y eso lo carga de una tensión poética enorme. Luego, si el lector bucea en su vida, sabrá que es una niña exiliada cuyo padre estuvo dos años escondido en un armario en Pamplona.

Y no es ciencia ficción...

–Hay un poso biográfico, como puede haber en cualquier escritura, pero modificado con un ritmo poético maravilloso y por una búsqueda absoluta de esa niña que siempre está presente en el cuerpo de la mujer.

¿A quién se lo recomienda?

–Primero, a todas aquellas personas que no comprenden qué es la emigración y el exilio forzoso, para que aprendan el dolor de una española. Los lectores especialmente masculinos deberían leerlo para abrir la mente. En cuanto a las lectoras, lo van a disfrutar muchísimo. Porque es una literatura de grandísima calidad.