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El reparto de la serie estadounidense «Silicon Valley», creada por Mike Judge

El otro Silicon Valley: estrés, depresiones e infertilidad

Anna Wiener analiza el lado oculto de las empresas tecnológicas en «Valle inquietante». Esta es su versión de cómo se trabaja y lo que sucede en ellas

Si John Le Carré escribiera sobre tecnología, si todo lo que dijera fuese cierto y si viviera en San Francisco actualmente, habría publicado «Valle Inquietante». Y se llamaría Anna Wiener. Esta periodista, pluma asidua de «The New Yorker», «Times» o «Wired», trabajó varios años como analista de datos en una startup en San Francisco y su relato, desde el interior, aunque en forma de novela, es una cerradura para espiar las miserias de este valle de California. A primera vista, la ciudad parece un lugar idílico. Tres de sus regiones se encuentran, de acuerdo con Bloomberg, entre las cinco más ricas de EE.UU, con rentas por encima del medio millón de dólares anuales. Allí viven poco menos de 900.000 personas y hay unas 30.000 startups. Si a ello le sumamos las tecnológicas (Google, Facebook, Twitter, Instagram...) que tienen sede allí, el resultado es que hay una tecnológica cada treinta individuos, lo que la convierte en una región endogámica en extremo: todos dependen de un mismo recurso. Y la evolución nos enseña que la endogamia es una de las rutas más directas hacia la extinción.

En este libro, Weiner hace un relato clásico en la literatura: el viaje de la inocencia a la madurez. Y, aunque no deja de lado la tragedia y el responsable mayor parece tener nombre y apellido, la realidad es que «el culpable» más que nombre tiene coordenadas geográficas. En este sentido, podríamos estar ante la versión moderna de «Historia de dos ciudades», de Dickens: «Eran los mejores tiempos, eran los peores tiempos, era el siglo de la locura, era el siglo de la razón, era la edad de la fe, era la edad de la incredulidad, era la época de la luz, era la época de las tinieblas, era la primavera de la esperanza, era el invierno de la desesperación, lo teníamos todo, no teníamos nada…». En 2010, una casa en San Francisco, según la Asociación de Agentes Inmobiliarios de California, se vendía por 600.000 euros. A finales de 2019 la cifra ascendía a 1,5 millones.

El aumento del precio de las viviendas provocó que muchas personas quedaran excluidos del mercado, y esta es una de las causas del crecimiento de la población que vive en la calle. Se trata de un número difícil de precisar, pero según la base de datos locales en una década las personas sin hogar habrían aumentado casi un 50%: de 6.500 a 10.000. Lo que ha provocado consecuencias muy graves: en 2019, San Francisco gastó 54 millones de euros en limpiar las calles y creó una «patrulla fecal»: cinco empleados (cuyos sueldos están por encima de los 15.000 euros mensuales) son los responsables de limpiar las heces humanas de la ciudad. Que recibió unas 30.000 quejas en 2019 por este tema, lo que representa un aumento del 35% respecto al año anterior según la revista «Times».

A esto hay que sumarle el problema de las drogas. En 2019 murieron por sobredosis 420 personas…solo en San Francisco (en toda España, con una población de 47 millones contra menos de un millón, fueron 712). ¿Más datos? El paraíso que aparece en las fotos, con los bosque de los parques nacionales y las grandes áreas recreativas, no es tan idílico. Un informe de la Asociación Estadounidense del Pulmón sitúa a San Francisco entre las peores ciudades de EE.UU en cuanto a contaminación. Algo con graves consecuencias para los humanos y también para la naturaleza, ya que el informe señala también que las partículas de contaminación son responsables de que la temporada de incendios sea más larga y dañina.

Exhaustas jornadas laborales

La voracidad que Weiner relata en su libro es la de una ciudad con un apetito muy exquisito: el de los jóvenes. Actualmente, el 38% de la población local tiene entre 25 y 44 años y los mayores de 60 apenas suman el 13%. Pero en 2030 los mayores de 60 representarán un tercio de la ciudad. Una que obliga a mantener a sus ciudadanos jóvenes o morir en el intento. «Valle inquietante» es el relato de una orbe utópica que surgió con la fiebre del oro y ahora ha caído en la del lodo, uno en el que todos estamos chapoteando y que llamamos tecnología.

La prueba de esta respuesta evolutiva a la endogamia es un estudio realizado por la organización CCRM, pionera a nivel mundial en fertilidad. Una encuesta realizada a más de 1.000 voluntarios, entre 25 y 44 años, que viven en San Francisco demostró que casi el 40% tiene problemas de infertilidad al intentar concebir. Lo que podría ser a consecuencia del estrés, la ansiedad y la depresión provocadas por largas jornadas laborales. Un análisis del área de salud de EE UU reveló que San Francisco es la ciudad con las más extensas: casi 49 horas semanales en total. Eso son 7 por día, sin sábados ni domingos. La hipótesis del estrés y la ansiedad como responsables se ve reforzada por el incremento de un 30% en las solicitudes de atención por problemas mentales, según cifras de las aplicaciones Wellnite y Vida Health.