José María Yturralde: «La pintura es mi forma de acceder al conocimiento»

Más allá de Madrid, España y Europa, vivimos en la Tierra, un planeta del Sistema Solar que está ubicado en cualquier punto de una galaxia infinita. En un momento en el que se piensa más que nunca que somos el centro del universo, hay una galería que se ha ocupado de recordarnos que no somos más que una ínfima parte de él. Y lo ha hecho gracias a las reflexiones mágicas y geométricas de José María Yturralde. El pintor conquense, Premio Nacional de Artes Plásticas 2020, inaugura hoy en la Galería Javier López & Fer Francés «Constelaciones», una exposición que conecta arte y ciencia, lo humano y lo celeste, la naturaleza y las creencias.

–¿Qué reflexiones propone?

–Es una conversación. Se pueden ver los cuadros aisladamente, pero están relacionados. Es un poco como el Sistema Solar: podemos estudiar a Plutón o a Venus, pero todos dependemos de todos, son un conjunto. En la exposición hay dos salas. La más pequeña está dedicada a la idea del vacío y la nada. Es el comienzo de todo, y el resto de la exposición funciona como un universo en expasión.

–¿Hasta qué punto lo terrenal está vinculado a las estrellas?

–Somos materia y espíritu. No considero que seamos seres que estamos en un escenario, sino que somos un escenario. Estudiamos el espacio y el tiempo y lo describimos. Con mi obra, yo no trato de ser ese todo, sino de fluir con él.

–¿Qué papel juega su pintura en ese «todo»?

–Para mí, la pintura es una herramienta, es mi forma de acceder al conocimiento. Estoy con aquellos que tienen esa necesidad de saber quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos. Y, para ello, utilizo la pintura. Es mi herramienta para conocer, reconocer y sentirme parte de ese todo.

–La pintura es según usted lo que las constelaciones para la ciencia o las religiones...

–Sí. Los primates, cuando pasaban las noches en la copa de los árboles para poder descansar de los depredadores, miraban a un cielo estrellado. Me los imagino extasiados ante la profundidad, la belleza del cielo, del firmamento, del cosmos. Luego comenzamos a trazar líneas, a darles sentido a esas reuniones que más tarde llamamos constelaciones. Y, a partir de ahí, nos hemos apoyado en ellas para aspectos mágicos, míticos, para navegar, iniciar cosechas...

–Pero cada vez miramos más abajo, a la pantalla, que arriba, al cielo. ¿Retrocedemos?

–Debemos ser capaces de seguir integrados con la Naturaleza. Las prisas, la velocidad o la contaminación son problemas tremendos que tiene la humanidad. Estamos en un lugar que no tiene recursos para todos. Tratamos de recomponerlos, pero, desgraciadamente, algunos países no quieren darle la importancia que tiene.

–Hasta que se vean con el agua al cuello...

–Como nos ha ocurrido con la pandemia. De repente, aparece algo que no estaba previsto a pesar de que ya había ocurrido, como en 1918, que se llevó a casi seis millones de personas. Y se olvidó.

–Hay quien defiende que ciencia y arte están enfrentadas, ¿qué opina?

–Que desde tiempos inmemoriales fueron muy parejas, han tenido paralelismos, concomitancias. En el Renacimiento hubo artistas que formaban parte del mundo matemático. Alberto Durero, por ejemplo, apareció en los anales de la ciencia al describir fórmulas geométricas. Y Newton terminó su vida dedicado a lo sagrado, las religiones, la mística o la magia.

• Dónde: Galería Javier López y Fer Francés, Madrid. Cuándo: hasta el 15 de septiembre. Cuánto: gratuito.