“El vientre del mar” y “Karnawal”, Biznagas de Oro a la autoría del relato visceral
Además del canto marino de Villaronga, “Karnawal”, “Lucas”, “Destello bravío” y “Ama” se han repartido las demás Biznagas en un palmarés de consenso
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Quizá lo único peor que estar solo es estar mal acompañado. En ese enunciado podríamos encerrar los vertiginosos diez días de cine en español que nos ha regalado el Festival de Málaga en su 24.ª Edición y que han tenido a «El vientre del mar», de Agustí Villaronga, como la triunfadora absoluta del palmarés final. Además de la Biznaga de Oro que la acredita como mejor película española del certamen, el filme rodado en blanco y negro y en catalán, se hizo con los galardones a la Mejor Dirección, Mejor Actor –para Roger Casamajor–, Mejor Música, Mejor Fotografía y Mejor Guion.
Precisamente ese libreto, escrito por Alessandro Baricco para una versión teatral que frustró la pandemia, sirvió para que Villaronga se volcara en él durante lo más duro del confinamiento y diera forma a su película. Así se entiende que el naufragio argumental sobre el que se suceden imágenes oníricas e históricas, con referencias al Holocausto o a las distintas crisis migratorias del Mediterráneo, sea una especie de estudio de la soledad y los límites de la condición humana, enfrentados a enemigos físicos como el hambre o el frío, pero también a los menos terrenales, a las inseguridades y, por qué no decirlo, a nuestro racismo intrínseco.
La película de Villaronga, que se aprovecha de su condición teatral pero trasciende a lo cinematográfico, es una sucesión lineal de ese cine que parte de lo dialéctico, casi de lo judicial, para adentrarse en lo metafísico. Justo antes de que su película se viera en el Teatro Cervantes por primera vez, el director lo explicaba para LA RAZÓN: «¿Es una película pesimista? Pues sí que lo es, pero eso ya estaba en el propio texto de Baricco. Lo que quería contar es que, detrás de cualquier verdad histórica, hay situaciones muy terribles. De eso va la película, de esa manera que tenemos a veces de escondernos de las realidades negativas, y mirar hacia otro lado. Hay que saber mirar de frente a las tragedias y a las cosas que no son buenas».
El triunfo del director, posiblemente una de las figuras menos discutidas de nuestro cine, es también el de la rendición de Málaga al relato visceral de autor, a ese que no tiene miedo a tomar decisiones arriesgadas o poco empáticas con el bolsillo y que, en definitiva, enriquecen la mira de quien las contemple. Solos, como durante la pandemia, o acompañados, como en las sesiones populares del Albéniz que bien supo aprovechar la bancada malacitana. Por eso, y por ese «volantazo» en los premios que ha dado el certamen dirigido por Juan Antonio Vigar, se entiende también el triunfo de «Karnawal» como Mejor Película Latina.
El debut del argentino Juan Pablo Félix, que si bien quiere jugar en varias canchas con la misma pelota lo hace con pases cortitos y al pie, se aprovecha del increíble estado de forma de Alfredo Castro –Mejor Actor de reparto– para contar otra historia sobre el ostracismo, pero ese al que nos forzamos viviendo en medio de la nada (la frontera entre Bolivia y Argentina) o al que nos fuerzan, bien sea por la vía penal o una más social que todavía dicta que a los hombres no les puede gustar el baile. Así, su «Billy Elliott» criollo, además de un triunfo cinematográfico incontestable, nos ofrece quizá una respuesta inconsciente al cine de Villaronga: no se trata tanto de vivir la tragedia, como de superarla como se pueda.
En esa «pedrea» tan típica de los festivales modernos, también salió bien parada la arrebatadora «Destello bravío», de Ainhoa Rodríguez, y que, como la de Villaronga, tiene detrás la distribución de Filmin. Decir que la plataforma española de «streaming» ha sido la gran triunfadora podría ser osado, pero es la realidad de una industria en plena transformación. El premio a Mejor Actriz para Tamara Casellas, por su madre no tan coraje en «Ama», supo a poco para el calado y el «zeitgeist» sobre el que se teje el filme, pero coloca a la intérprete en la casilla de salida de los próximos Goya y nos citan, autoría mediante, para unas bodas de plata del Festival de Málaga que se celebrarán en marzo de 2022.