Buscar Iniciar sesión

Ludovico Einaudi: “Es más importante crear algo significativo que masivo”

El compositor publica “Cinema” con una selección de sus piezas para bandas sonoras, por las que ha sido nominado seis veces a un Oscar: “Saber que mi música ha curado a gente me hace feliz”.
Cesare Ricardini

Creada:

Última actualización:

Su carrera abarca varias décadas y generaciones en las que ha tratado de emocionar al oyente con la arquitectura de la música clásica y un enfoque antierudito. Ludovico Einaudi (Turín, Italia, 1955) aglutina millones de seguidores en los sistemas modernos de “streaming” y es capaz de llenar no solo auditorios sino estadios a lo ancho del mundo con hermosas composiciones que parten del clasicismo pero cuyo sonido ha ampliado hacia aventuras con grupos de pop, rock y, por supuesto, las bandas sonoras. Einaudi ha sido nominado seis veces a un Oscar y ahora publica “Cinema”, un disco que recoge algunas de sus mejores piezas para el cine y que incluye sus trabajos para “Nomadland”, “This Is England” y “Sense8”.
-¿Es más difícil o sencillo hacer música al servicio de las imágenes?
-Depende de cómo sea el director. He sido afortunado casi siempre de trabajar con gente agradable, realizadores que son sensibles con la música, que por alguna razón les parece una parte importante de su proyecto. Así que la mayor parte del tiempo ha sido fácil para mí interactuar con ellos. A veces, es difícil encontrar el tono adecuado para la sustancia de la película y eso es lo más importante: adaptarse al sentimiento de la historia o a la situación en particular. Pero si hay un buen diálogo, un entendimiento con el director, siempre se llega a buen puerto. En algunas ocasiones me he encontrado un director que no sabe exactamente qué quiere y eso te obliga a cambiar las piezas que compones. A veces, sí, es complicado.
-¿Necesita ver las imágenes concretas o le sirven las palabras?
-Prefiero verlas, porque te permiten encontrar el tono preciso. Muchas veces es una combinación de elementos lo que crea los ingredientes que necesitas.
-Se le conoce por ser el compositor de los sentimientos.
-Trabajo con ellos. Y si la película requiere un cierto sentido, ya sea ciencia ficción o drama histórico, entonces tienes que considerar usar la paleta electrónica por ejemplo o a veces un determinado color orquestal si es el siglo XVIII. Ahí es donde entran las ideas.
-Así que lo más importante es la historia que quiere contar, no su propia visión de la música.
-Bueno, para mí es importante poder combinar ambas, porque creo que si simplemente te quedas con las historia puedes no encontrar la inspiración completa. Trato de combinar mi visión y la de la película. Y así es como funcionan las historias. En la compilación que se acaba de publicar, todas son piezas que funcionan como parte de la película tanto como independientemente. Y ambas cosas me importan.
-Hay un aspecto importante que casi todos los directores destacan de su obra, que es el silencio como elemento, el espacio que hay en sus composiciones.
-Bueno, esa es parte de mi firma, podemos decir. Es la manera que tengo de hacer música. Me gusta... no; necesito dejar espacio. Necesito las pausas, la respiración. No soporto cuando el espacio está completamente lleno de sonidos y de notas. Necesito que cada elemento sea visible. O audible, mejor dicho. La manera que tengo de crear es abierta. Y creo que cuando estás poniendo sonidos en relación con una película, es vital dejar ese espacio para que las imágenes y la música puedan interactuar. De otra manera es imposible, es demasiada información.
-¿Como fue trabajar en “Nomadland”?
-Pues bastante fácil, porque Chloé Zhao me pidió permiso para usar parte de mi música preexistente, que venía de mi proyecto “Seven days walking” y me lo dijo porque había una conexión con la idea del proyecto de caminar que parte de mi propia inspiración y la de la película. Sobre esa forma en la que te puedes perder en la naturaleza, y sobre cómo yo mismo me perdí en ese tiempo. Hay una similitud en ambos casos y ella pensó que mi música era perfecta para ello. Fuimos afortunados de encontrarnos. A veces hay ideas evolucionando en paralelo en lugares distintos y de repente se encuentran en un lugar y en un tiempo.
-¿Alguna vez sueña con ganar un Oscar?
-Nunca lo pienso, realmente. Es bonito pensar que eres parte de un proyecto y obtener nominaciones, pero ese no es el sentido de mi vida. Me concentro en crear música más que en buscar premios.
-No es frecuente que un compositor tenga millones de escuchas, ¿tampoco le presta atención a eso?
-Bueno, eso tiene más que ver con la conexión con la gente. Cuando leo los comentarios me siento feliz de saber que la gente conecta con mi música en muchos lugares del mundo. Eso es fantástico, la verdad, y es más como una cuestión humana. Saber que mi música ha podido curar problemas psicológicos de algunas personas es algo que emociona. Sé que la música es capaz de hacerlo, pero no hay una recompensa mayor en el mundo que saber que es la que tú has creado.
-¿Cómo le hace sentir cuando se dice que usted es el único que puede hacer que la música clásica u orquestal alcance audiencias masivas?
-Nunca pienso sobre eso demasiado. Y rechazo pensar en mi música como una especie de espectáculo de masas porque no me gusta nada la idea de las masas, la verdad. En general en la vida. Prefiero la idea de hablar con una persona que expresarme para muchas escuchen solamente. Cuando, en cualquier situación, estoy rodeado de mucha gente, yo suelo ser la persona que se queda callada. Así que, si pienso demasiado en la escala de las cosas que hago, no es el aspecto más me gusta. No se si es una buena cosa. Creo que es importante que la música cree algo significativo en el corazón de la gente más que pensar que haces algo para las masas.
-Así que, ¿nunca se ha sentido como una estrella del rock, ni un solo día?
-No lo sé... me encanta el rock, pero no me veo... Probablemente sí me siento así cuando entro al escenario para tocar delante de 20.000 personas. Hay un momento en el que me siento como una estrella del rock, pero durante el resto del día disfruto mi vida como una existencia corriente.
-No puedo evitar preguntarle, hablando de bandas sonoras, por Ennio Morricone, que falleció el año pasado.
-Crecí escuchando su música del “spaghetti western” para Sergio Leone o “Once Upon a Time in America” y muchísimas otras. Adoro su sonido porque su búsqueda de diferentes colores era muy especial. Y esa música de carácter fuerte que a veces se convertía en más importante que la propia película, era fenomenal.