«La purga infinita»: nadie estará jamás a salvo en los Estados Unidos
Hoy se estrena la quinta, y, de momento, última entrega de la saga cinematográfica que, desde 2013, viene sembrando el caos en el país americano
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Dice Jason Blum que «el mundo es ahora un lugar aterrador. Y cuando el mundo da miedo, la gente acude a los cines a ver películas de terror». No lo podía ver de otra manera el productor de «La purga infinita», película que se estrena hoy y que promete atemorizar a los espectadores más que nunca.
Y, sí, según Blum, también será aún más angustiosa que las otras cintas que componen la serie. El «aviso de la muerte», por llamarlo de alguna manera suave, comenzó en 2013 con «La Purga», a la que le siguió «Anarchy: la noche de las bestias» (2014), «Election: la noche de las bestias» (2015), «La primera purga: la noche de las bestias» y, como quinta entrega y, por ahora, última, la que se estrena hoy. La idea de la saga conquistó al espectador hasta el punto que la misma franquicia lanzó en 2018 el primero de 20 episodios de una serie titulada «La noche de la expiación»..
Matanza interminable
«Nadie está a salvo», avanza Blum, en esta nueva entrega de la trepidante saga. Dirigida por Everardo Gout y con Ana de la Reguera, Josh Lucas, Leven Rambin y Tenoch Huerta como reparto principal, «La purga infinita» augura que el espectador común pase un mal rato y el amante del terror no pueda nunca olvidarse de esta secta de criminales que, sin escrúpulo alguno, decide que la Purga no acaba al amanecer, sino que la matanza debe ser interminable.
Adela (De la Reguera) y Juan (Huerta) viven en Texas, donde él trabaja como peón en un rancho para la adinerada familia Tucker. En la mañana después de la tradicional purga, una banda de asesinos enmascarados ataca violenta e ilegalmente a dichos propietarios, y se ven obligados a reunirse con Juan y Adela para enfrentarse a un país entero a punto de colapsar. De nuevo, los criminales, que ya no ven en una noche anual de anarquía y asesinatos lo suficiente, deciden devolver el caos y las masacres sin fin a Estados Unidos, donde, como matiza Blum, «nadie estará a salvo... jamás».