Crítica de “Damas de hierro”: setentonas a la carrera ★★★☆☆

Ninguna de estas tres hermanas septuagenarias recuerdan a Margaret Tatcher, antes al contrario; de hecho, quizá solo una, casada cinco veces, fumadora y bebedora empedernida, parece poseer el suficiente carácter para hacer y decir lo que le viene en gana. La otra, con una ligera discapacidad de nacimiento, repite las mismas frases una vez y otra, y la última cree que acaba de matar a su marido, bebedor, violento, de un sartenazo tras discutir por la mermelada. Juntas, finalmente, emprenden una demencial «road movie» por toda Finlandia mientras los moteles de carretera y un guapo autoestopista demuestran que hay vida, y sexo, y copas, después de los 60, pero, sobre todo, que los sueños, pese al paso de los años, todavía podrían cumplirse. Todo ello aderezado con bastante humor (sí, los europeos del norte también se ríen) y un final «en familia» que recuerda a una de aquellas película adscritas al vetusto Dogma aunque pasada de dulces, gags, tacos y tuercas. La vida, que puede ser así de loca hasta cuando envejecemos.