Ola de críticas contra el homenaje del Festival de San Sebastián a Johnny Depp

Desde el momento en el que la organización del Festival de San Sebastián hizo “click” y se anunció el homenaje a Johnny Depp, Internet estaba lista para dar comienzo a una nueva batalla cultural con viejos conocidos: la eterna disputa —para muchos ya superada— sobre si se debe separar obra y autor, la necesidad de otorgar premios a intérpretes cuya carrera pocas veces se ha alejado de lo comercial y, en menor medida, el debate sobre la ejemplaridad coyuntural y no estructural de estamentos culturales financiados con dinero público y, por lo tanto, obligados a satisfacer las pulsiones (y pasiones) momentáneas del Estado.

El próximo 22 de septiembre, salvo que lo remedie una ola de rechazo popular o el propio Festival de San Sebastián se eché atrás en una decisión que se dejaría sentir con fuerza en el eco de la serie histórica, el actor de “Piratas del Caribe”, “Chocolat” o “Cry Baby” será homenajeado con el Premio Donostia a toda su carrera. La polémica, más allá de lo acertado o no de la decisión en cuanto a lo editorial, pasa por la situación legal de Depp, todavía en duda por su pleito con su ex pareja Amber Heard en el que ambos se acusan de maltrato.

Un jardín tras otro

Pese a que en un principio, y dado el historial de violencia del actor con ex parejas y miembros de la prensa, parecía que se trataba de un caso de violencia de género de manual, las últimas revelaciones parecen indicar que se trata de una relación tóxica a todos los niveles y desde todas las perspectivas, pero el veredicto todavía está lejos de ser firme. Ante tal situación, la de rendir uno de los festivales más importantes del mundo a la figura de un presunto maltratador, se han encendido varios sectores.

La queja que mayor eco ha tenido es la de CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas), que a través de un comunicado oficial ha “lamentado” el premio alegando considerarlo “un error desde el punto de vista ético”, como “cineastas, como mujeres y como ciudadanas de un país al que el Festival de Cine de San Sebastián representa en numerosos foros internacionales”. En el duro escrito, la Asociación declara: “El Premio Donostia es un reconocimiento a toda una vida dedicada al cine y tiene un elemento de ejemplaridad. Cuando se da este premio se dice al mundo entero: “Estos son nuestros modelos, la gente que representa lo mejor de nuestra profesión””.

Después de la ola de críticas que recibió el certamen por la decisión, pionera y que han ido adoptando otras citas igual de prestigiosas, de eliminar la distinción de género en los premios de interpretación, el jardín de Depp sigue su estela y, sobre todo, desvía la atención de un certamen cinematográfico que promete ser uno de los mejores de la historia. Sin rectificación prevista ni esperada, es bastante probable que la polémica no haga más que crecer en el mes largo que queda hasta la cita anual más importante del cine en España.