Adiós a Mikis Theodorakis, el intelectual griego más universal y versátil
Pasó los últimos días en su casa respirando asistido por una botella de oxígeno. Compositor y político, muere a los 96 años y deja para el recuerdo la banda sonora de “Zorba, el griego”
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Grecia ha perdido este jueves al compositor más universal, prolífico y versátil del siglo XX, Mikis Theodorakis, quien a los 96 años emprendió esta mañana su viaje hacia la inmortalidad. Tras varios años en los que rozó varias veces la muerte, Theodorakis pasó sus últimos diez días en su casa, respirando asistido por una botella de oxígeno, hasta que esta mañana su corazón se detuvo.
Theodorakis ha marcado la vida de todos los griegos, y no hay ciudadano en ese país que no conozca su obra, bien sea del género popular, el político o el sinfónico. Todos han dejado huella y se han escuchado en las casas a lo largo de las últimas siete décadas. Sus restos mortales descansarán a partir de la semana próxima en la isla de Creta, que le vio nacer, pero en la que pasó muy pocos años, pues ya en su más tierna infancia se convirtió en nómada. Primero por fuerza mayor, porque su padre era funcionario y debía cambiar de residencia con frecuencia, y luego por voluntad propia, para dedicarse a su máxima pasión, la música.
Con su composición en 1964 de la banda sonora de “Zorba, el griego”, dirigida y montada por Michael Cacoyannis, Theodorakis consiguió llevar la música popular griega al mundo entero. Además de su colaboración con Cacoyannis, compuso la música de otras películas, como “Z” y “Estado de sitio” de Costa-Gavras o “Serpico” del estadounidense Sydney Lumet. Otro de sus grandes legados internacionales fue la composición del “Canto General” del poeta chileno Pablo Neruda.
Empezó como autodidacta, después de enamorarse de la novena sinfonía de Beethoven, y ya con 17 años escribió su primera obra, “Kassia”, antes de que su pasión por la libertad y la justicia le llevara a involucrarse en política, amor que pagó caro.
La Segunda Guerra Mundial, la Guerra Civil griega (1946-49) y la Junta de los Coroneles (1967-1974), la persecución y la tortura, le alejaron repetidamente del arte, pero fructificaron en su pensamiento, lo que quedó plasmado en numerosas de su obras musicales y literarias.
Aunque su corazón era de izquierdas, no solo fue diputado del comunista KKE, sino que llegó a ser ministro sin cartera y diputado de la conservadora Nueva Democracia. Al contrario de los muchos políticos que fueron cambiando de bando a lo largo de su vida, Theodorakis llegó a ganarse el respeto de todos los partidos, lo que hoy quedó plasmado en el minuto de silencio que le dedicó el Parlamento griego y en los mensajes de condolencia enviados por todas las fuerzas, desde la izquierda hasta la derecha.
El primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, bajo cuyo padre, Konstantinos, sirvió como ministro sin cartera, decretó luto nacional de tres días para honrar su legado político y humano. “Sus consejos siempre han sido valiosos para mí, especialmente los relacionados con la unidad de nuestro pueblo y la superación de las líneas divisorias. Creo que la mejor forma de honrar a este griego global será que con nuestro trabajo diario pongamos en práctica este mensaje suyo”, dijo Mitsotakis.
Aunque su quehacer musical se detuvo ya hace algunos años, no así su voz política. Durante la crisis económica, participó en las manifestaciones contra la austeridad, llegando a inhalar los gases lacrimógenos con los que la policía reprimía habitualmente las protestas.
Sin embargo, sus últimos actos políticos estuvieron marcados por la controversia, porque se acercó a las voces mas nacionalistas del país, al manifestarse públicamente contra uno de los principales logros del Gobierno izquierdista de Alexis Tsipras, la reconciliación con Macedonia del Norte, a través del acuerdo que puso final a la disputa sobre el nombre del país vecino.
Tsipras era precisamente uno de los políticos que le pedían consejo. Hoy se despidió de él a través de un mensaje de twitter: “Le dio un nuevo significado a la libertad, la cultura, el arte, la participación. Le decimos adiós con la certeza de que lo que deja es imborrable. En el alma de nuestro pueblo, en la identidad de nuestra patria, en el patrimonio cultural del universo”, escribió el líder de Syriza y ex primer ministro.
Los mensajes sobre su magnífico legado musical, que abarca más de un millar de obras, se intercambiaron a lo largo de la mañana con las alabanzas sobre su gran humanismo que, como han destacado unánimemente artistas y políticos, deja huérfana Grecia.
Lo bueno de los dioses es que son inmortales.