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Arte

Rembrandt, la eterna víctima del vandalismo

Entre cuchillos y ácido, “La ronda de noche”, famosa pintura del artista holandés, ha sido atacada en numerosas ocasiones a lo largo de su historia

"La ronda de noche" es la obra más grande y famosa de Rembrandt
"La ronda de noche" es la obra más grande y famosa de RembrandtPeter DejongAP

El vandalismo en el arte es un mal que, desafortunadamente, se repite en el tiempo. Hace casi un año, a principios de octubre de 2020, unas 70 obras de arte de la isla de los museos de Berlín fueron atacadas con una sustancia aceitosa. Objetos que incluían desde sarcófagos egipcios hasta pinturas del siglo XIX sufrieron daños durante un ataque inspirado por teorías conspirativas. Pero estos imperdonables actos no son novedad, sino que algo parecido le ocurrió a “La sirenita” de Edward Eriksen en la década de 1960 -por ello se decidió alejarla de la ciudad y ubicarla en el puerto-, o “La piedad” de Miguel Ángel, que en 1972 fue golpeada con un martillo por parte de un visitante. Así como “La Venus del espejo”, de Velázquez, fue acuchillada en 1914 por una integrante del movimiento de “suffragettes”. Y, hablando de armas punzantes, en esto es experta una obra en especial de Rembrandt: “La ronda de noche”.

El 14 de septiembre de 1975, “The New York Times” amanecía con la siguiente información en su portada: “La obra maestra de valor incalculable de Rembrandt, ‘La ronda de noche’, ha sido cortada y desfigurada por un hombre armado con un cuchillo, quien luchó contra un guardia del museo y le dijo a los transeúntes que ‘lo hizo por el Señor’”. Así, un día como hoy hace 46 años se cometía uno de los vandalismos en el arte más comentados e, incluso, dolorosos de la historia. “Un guardia lo agarró del brazo”, se lee en el artículo de la publicación estadounidense, “pero el robusto asaltante pudo moverse a través de la obra maestra -que mide 359 por 438 centímetros-, cortando con el cuchillo. Golpeó en más de una docena de lugares, dejando una sección de unos dos metros de ancho severamente desfigurada. Las marcas de cuchillo tenían más de sesenta centímetros de largo”.

"La ronda de noche", de Rembrandt
"La ronda de noche", de RembrandtRijksmuseumRijksmuseum

Ante esto, añadía “The New York Times”: “Fue el segundo ataque con cuchillo a la pintura en este siglo”. Y es que la misma obra Rembrandt ya había sido víctima de vandalismo en otras ocasiones, de las cuales una de ellas también fue con un cuchillo. Fue en 1991 el primer ataque contra “La ronda de noche”: un joven de 28 años, desempleado y sin hogar, desahogó su ira en la obra de Rembrandt con un cuchillo que guardaba en el bolsillo. No obstante, en esta ocasión, en la que de nuevo un guardia del museo volvió a ser el héroe, “tan solo” se provocaron unos rasguños.

Rembrandt, mutilado

“La ronda de noche”, pintada por el holandés entre 1640 y 1642, se ubicaba originalmente en el Gran Salón, sede municipal de la Compañía de Arcabuceros de Amsterdam. En 1715 se trasladó al Ayuntamiento de la capital holandesa, para más tarde, en 1885, ubicarse en el que sigue siendo hoy su hogar: el Rijksmuseum. Y fue durante estos movimientos cuanto la obra volvió a sufrir otros ataques. El primero, anterior a los cuchillos, el que quizá más aludiría a la indiferencia artística: cuando la obra se trasladó en 1715 al Ayuntamiento, no cabía en el espacio destinado debido a sus grandes dimensiones, por lo que el cuadro fue recortado en la parte izquierda, derecha y superior, eliminando a tres de los personajes de esta escena.

Esta mutilación se conoce, principalmente, gracias a algunas copias de la obra que se hicieron antes de este traslado. Con estos ejemplos como base, ahora el Rijksmuseum ha podido recuperar su forma original, a través de la Inteligencia Artificial y exponiendo sus resultados en su página web oficial.

Autorretrato de Rembrandt, 1659
Autorretrato de Rembrandt, 1659larazon

Asimismo, en el Rijksmuseum, en 1985, un visitante decidió que “La ronda de noche” debía volver a ser asaltada, pues roció la pintura con un spray de ácido que llevaba oculto. Así lo describía “Los Angeles Times” el 6 de abril de 1990 en un artículo: “Un hombre desempleado, descrito por la policía como confundido, roció el famoso cuadro de Rembrandt ‘La ronda de noche’ con una sustancia química”. No obstante, los daños fueron mínimos pues, como describe la publicación estadounidense, “inmediatamente después del ataque, un guardia del museo aplicó una sustancia neutralizante, limitándose el daño a la obra al revestimiento de la superficie”.

De esta manera, la obra de arte, que hoy por fin puede observarse en el Rijksmuseum restaurada, se muestra hoy con una impresionante supervivencia a las adversidades. Una pintura que, considerada como la más grande y famosa de Rembrandt, muestra a un grupo de soldados civiles que defendían la ciudad de Amsterdam en una época donde la delincuencia abundaba. Algo curioso es que, si bien durante siglos se pensó que la pintura estaba ambientada en una escena de noche, una restauración demostró que era al contrario. La oscuridad de la obra -su nombre original era “La compañía militar del capitán Frans Bannick Cocq y el teniente Willem van Ruytenburgh”-, se debía a la oxidación del barniz y la suciedad acumulada, por lo que la acción se desarrollaba en pleno día.