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Louis Armstrong, un involuntario “caballo de Troya” de la CIA en el Congo

La historiadora Susan Williams publica en “White Malice” cómo el genio del jazz “fue contratado para servir a un interés completamente contrario a su propio sentido de lo que estaba bien o mal”

Louis Armstrong se convierte en un personaje de leyenda en este cuarteto
Louis Armstrong se convierte en un personaje de leyenda en este cuartetolarazonAP

Se dice que durante la Guerra Fría, el departamento de defensa de Estados Unidos puso un plan en marcha llamado “La Diplomacia del Jazz”. Un proyecto que quiso unir lo que jamás debería entremezclarse: música y política. Quisieron enviar a músicos de la talla de Benny Goodman, Duke Ellington y Louis Armstrong de gira por el mundo, con el fin de mostrar las libertades culturales estadounidenses a través de su música, frente a la realidad soviética. Si bien algunos aceptaron, con el principal ímpetu de hacer música en otros países, hubo alguien que se negó a participar: Armstrong. No obstante, sí que hizo a principios de los 60 una gira por África y, según explica ahora un nuevo estudio, fue engañado para que hiciera de embajador estadounidense.

La historiadora Susan Williams, de la Universidad de Londres, ha explicado a “The Guardian” una de las principales revelaciones de “White Malice”, una nueva obra donde expone las actividades de la CIA en África entre 1950 y principios de los años 60. Y asegura que sí, que Armstrong fue, sin saberlo, un topo de la agencia de inteligencia estadounidense durante su gran gira africana.

Según Williams, el genio del jazz fue, tras negarse en 1957, invitado insistentemente por el gobierno estadounidense a realizar conciertos por países de dicho continente, recientemente colonizados. De esta manera, la CIA, aprovechando la fama y repercusión de la música de Armstrong, buscaría infiltrarse en los cuerpos políticos de esos nuevos estados.

En una cena de Armstrong con el que supuestamente era un diplomático estadounidense, éste resultó ser un espía de la CIA, cosa que el músico desconocía. Tampoco fue consciente, asegura “The Guardian” de cómo su fama como artista le permitió al infiltrado obtener información crucial que facilitaría algunas operaciones de la Guerra Fría.

Louis Armstrong, junto a su esposa, en un viaje a Alemania
Louis Armstrong, junto a su esposa, en un viaje a Alemanialarazon

Así lo relata Williams: “Armstrong era básicamente un ‘caballo de Troya’ para la CIA. Es realmente desgarrador. Fue contratado para servir a un interés completamente contrario a su propio sentido de lo que estaba bien o mal. Se habría horrorizado”.

A esta conclusión ha llegado la experta a través de unos documentos hallados en los archivos de la ONU. Tras 5 años de estudio, Williams asegura que estos datos sugieren que se utilizó la visita de Armstrong en el Congo para acceder a lugares estratégicos. Principalmente, a la provincia de Katanga, una región con grandes depósitos de cobalto, cobre, uranio e incluso diamantes, posesiones que despertaron el interés estadounidense y su prisa por evitar que la URSS se hiciera con ellas. “Necesitaban una cubierta, y esto les dio una”, dice Williams a la publicación británica.

Si bien Armstrong, dice Williams, fue engañado, sí pudo ser consciente más tarde de haber sido utilizado para la Diplomacia del Jazz, pues poco después, en 1962, compuso “The Real Ambassadors”. Este musical de jazz, que creó junto a Dave Brubeck, abordó, efectivamente, el negocio de la música o el lugar de EE UU en el mundo durante la Guerra Fría, con el personaje principal basado en las vivencias de Armstrong como “embajador musical” y repleto de insinuaciones sobre las estrategias de la CIA.