Crítica de «Las consecuencias»: El mar de la intranquilidad ★★★☆☆

Primero fue el accidente, la pérdida, los remordimientos, la confusión. Segundo, las noches sin dormir, el dolor, la ansiedad, que sube por la garganta y estalla, finalmente, en el centro justo de tu cabeza y del corazón. Y, tercero, la decisión de huir hacia otro lugar que, a pesar de que te recuerda lo que ha sucedido (en realidad, todo te recuerda lo que ha sucedido), un día fue lo más parecido a un refugio. Así, la joven viuda Fabiola decide viajar junto a una hija adolescente y su padre hasta una minúscula isla volcánica para pasar unos días en una pequeña casa medio en ruinas como ella y donde, paulatinamente, descubre con espanto una serie de espesos secretos familiares que los salpica a todos. Drama y thriller se entrecruzan en la película realizada por Pinto Emperador, un filme claustrofóbico de notable fotografía donde ese pedazo de tierra siempre húmeda se convierte en un personaje más de la opresiva historia. Las sucesivas generaciones no solo heredan los males del cuerpo, también los del alma, enfermedades ponzoñosas y turbias que únicamente el mar, otra vez el mar, podrá sanar para siempre.