El canario Alexis Ravelo, premio de novela Café de Gijón 2021
Recibe el galardón por su obra “Los nombres prestados”, obra que, dice el jurado, “está muy bien estructurada y aborda temas tan importantes como la identidad, la redención o la verdad”
El escritor canario Alexis Ravelo ha obtenido hoy el premio Novela Café de Gijón 2021 por su novela “Los nombres prestados”. En su fallo, el jurado ha destacado que “se trata de un thriller psicológico con una trama político-social protagonizado por una traductora que esconde un pasado terrorista y un ex comisario que le ha seguido la pista durante años. La novela, muy bien estructurada, se sirve de un narrador omnisciente para abordar temas de fondo tan importantes como la identidad, el perdón, la redención, la evolución y la verdad”.
La obra ganadora, que será publicada por la editorial Siruela en enero de 2022, es un thriller psicológico sobre el dolor y la culpa, sobre la memoria y la redención, una reflexión sobre la gangrena que acecha a toda herida abierta. Así, se alza con un galardón que, instituido en 1949, fue organizado por el Ayuntamiento de Gijón y está dotado con 20.000 euros. Asimismo, esta edición ha premiado como novela finalista a “Las vidas de Elena” de la autora y editora María Fasce.
Recién llegado de Las Palmas de Gran Canaria, tras coger un avión anoche, Ravelo ha asegurado que se trata de un premio “muy especial” al que se ha presentado tres veces; y le hace “muy feliz” haberlo logrado con esta novela que lleva escribiendo desde 2013 y con la que viene a “saldar una cuenta” con la violencia. ”Escribo novelas sobre violencia hace años -ha expresado- y tenía pendiente escribir sobre los efectos en las personas y reflexionar sobre algo que nos falta, la compasión y poder ponerse en el lado del otro y ver al rival como una persona y poder solucionar los problemas”.
En este sentido, el canario ha reconocido que ha tardado casi ocho años en escribirla porque se trata de un libro donde hay “mucha reflexión”, pero también una trama que ha ido cambiando porque la “realidad iba cambiando” y los temas que le interesaban iban cambiando. ”A lo largo del tiempo en este país han ido ocurriendo cosas que me preocupan, como la dificultad del diálogo, la dificultad de establecer un diálogo que no tome al otro como enemigo, la cosificación del contrario. Si cosificas al contrario será difícil ponerte de acuerdo, y en ese diálogo nos jugamos la convivencia. Esta novela ha acabado haciendo una propuesta de salida a la posibilidad de diálogo”, ha añadido.