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Crítica de “Pleasure”: la reina del hardcore ★★★★☆

"Pleasure" se estrena en salas el 15 de octubre tras pasar con éxito por varios festivales de prestigio
"Pleasure" se estrena en salas el 15 de octubre tras pasar con éxito por varios festivales de prestigioLa Razón

Título: Pleasure. Dirección: Ninja Thyberg. Guion: Ninja Thyberg y Peter Modestij. Intérpretes: Sofia Kappel, Revika Anne Reustle, Evelyn Claire. Suecia-Holanda-Francia, 2021, 109 min. Género: Drama.

Una de las películas que anidan en “Pleasure” es la que ofrece una mirada desde dentro a la industria del porno. Despojada, descarnada, casi una mirada de entomólogo, que siembra la duda razonable de si estamos ante un (falso) documental, de si su protagonista (la excelente Sofia Kappel, en su debut en el cine) es en realidad una actriz porno, de si el relato del ascenso imparable de su personaje en el estrellato del ‘hardcore’ digital (que corre parejo a su aprendizaje en prácticas sexuales cada vez más extremas) es real o pura ficción. Lo que nos lleva a la otra película que se despliega en “Pleasure”, que no es otra que un ensayo sobre cómo la mirada femenina afecta, en una doble vertiente, a ese retrato, desde la perspectiva del ‘insider’, del género pornográfico. Doble porque, por un lado, “Pleasure” está dirigida por una mujer, Ninja Thyberg, y porque, por otro, Thyberg impone en todo momento el punto de vista de su protagonista, Linnéa, alias Bella Cherry, sobre el relato.

En una escena especialmente incómoda, que muestra de forma cruel el bautizo de Linnéa en el porno de dominación y humillación extremas, se describe con fría delectación el modo en que las estructuras de poder masculino -primero sibilinas y falsamente acogedoras; luego amenazantes, puro abuso sexual- perpetúan aquel sadismo heteropatriarcal que las primeras teóricas feministas que estudiaron el género identificaban con su código genético. Sin embargo, en otro rodaje, esta vez dedicado al ‘bondage’, hay una mecanización del proceso sadomasoquista que desmitifica la supuesta degradación del cuerpo de Linnéa, demostrando que el consentimiento previo es la clave para relativizar lo que ocurre en la filmación de un porno. En cualquier caso, Thyberg se transmuta en Linnéa y nunca le busca excusas tópicas para justificar la elección de este camino de espinos: lo mejor de “Pleasure” es que, si su protagonista nos parece un enigma, es tal vez porque no entendemos su manera de vivir el placer.

Lo mejor: La mirada sobre el porno desde lo femenino y la entrega absoluta de la actriz Sofia Kappel.

Lo peor: A veces parece amenazada por la tentación moralizante, sobre todo cuando equipara la ambición desmedida con la radicalización de las prácticas sexuales de la protagonista.