Crítica de “El sustituto”: entre Naranjito y las SS ★★★☆☆

Director: Óscar Aibar. Guion: Ó. Aibar y María Luisa Calderón. Intérpretes: Ricardo Gómez, Vicky Luengo, Pere Ponce. España, 2021. Duración: 117 minutos.

Bienvenidos, de nuevo, a los años 80; bienvenidos Naranjito, la oronda y kitsch mascota de aquel Mundial jugado en España donde quedamos realmente fatal; los socialistas, a dos pasos de ganar las elecciones generales; pero, también, el caballo, que dejó una riada de jóvenes muertos en las calles y los baños públicos. También en Denia, donde aterriza Andrés (un entregado y oscuro Ricardo Gómez), el policía alcoholizado y curtido en los más bajos fondos de Madrid que acepta un destino al lado del mar con la esperanza de curar a su hija de una dolencia en la rodilla y tener una vida más tranquila. Pero nada es lo que imaginaba y, en cuanto pone un pie en ese suelo, decide investigar la muerte del inspector al que ha sustituido. Un camino sembrado de ancianos nazis que, cada año, celebran el cumpleaños del Führer y que se han ido haciendo con el millonario negocio inmobiliario de la zona. Magníficamente ambientada, a golpe de largos flash-baks y de los macabros descubrimientos que irá desvelando Colombo (Pere Ponce, modélico como uno de esos policias literarios crepusculares y desencantados) entre pitillos, prostitutas, españoles de brazo en alto dispuestos a lo que dicte el «partido» y resacas de whisky, la cinta resulta una producción sobria, seca y tan afilada como una cuchilla de afeitar. Lástima que las alimañas casi siempre huyan impunes.