Crítica de “Años de sequía”: Eric Bana y una historia que quema ★★★☆☆
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Director: Robert Connolly. Guion: Robert Connolly, Harry Cripps (novela: Jane Harper). Intérpretes: Eric Bana, Sam Corlett, Genevieve O’Reilly, Keir O’Donnell. Australia, 2021. Duración: 117 minutos. Thriller.
La cara de palo, por lo común hierática, del contenido Eric Bana calza como un guante con el personaje del agente federal Aaron Falk, que regresa al pueblo australiano donde nació, tras estar alejado más de 20 años, para asistir al funeral de Luke, amigo de la infancia y quien parece que, tras matar de una forma terrible a su esposa e hijo, se ha suicidado. Solo sale con vida un bebé, quizá de milagro. Pero los padres del fallecido no lo creen, no quieren creerlo, y le insisten al joven para que siga unos días más en esa localidad miserable, violenta y podrida para conocer la verdad. Pero hay muchas verdades y mentiras y todavía más secretos, el propio protagonista lo sabe bien, y, como si fuera una cebolla, las capas de esta intensa, oscura, asfixiante película van dejando ver otras debajo que huelen todavía peor.
La Naturaleza tampoco ayuda, o probablemente ya está cansada de tanta iniquidad: hace casi un año que no llueve en esas tierras y los otrora campos de cultivo permanecen secos, yermos, marcados por unos surcos que también tienen memoria: en un río que ha perdido todo el caudal murió una adolescente hace mucho tiempo, cuando tenía 17 años, una tragedia que jamás encontró a su culpable aunque los vecinos señalen claramente un par de nombres. Falk, que debe enfrentarse a la furibunda ira de quienes conoció en el pasado, comienza a sospechar que estas dos desapariciones, aunque separadas en el tiempo, podrían estar conectadas.
En realidad, casi todo huele a podrido en esta historia de sangre y rencores a la que Robert Connolly sabe imprimirle ritmo y una creciente, turbia tensión. De hecho, cuanto más sabemos de ella, menos irreal nos parece. En un lugar que el sol se está comiendo poco a poco, donde los que viven no tienen otro lugar donde ir, donde las cañerías vomitan un agua tan turbia como los personajes, llega de pronto la inevitable explosión y todo comienza finalmente a quemarse. En el fondo, el fuego es también purificador aunque no consiga borrar del todo los deleznables hechos del pasado.
Lo mejor
Es un thriller oscuro, intenso, y tan turbio como el agua que escupen estas cañerías
Lo peor
Mediado el metraje, la película sufre un leve bajón del que por suerte sabe salir