“Agua de luna”: Juan Ramón Lucas, entre el cielo y el infierno
★★★★☆
Por Sergi Sol
Una chica de 16 años era salvajemente agredida la Noche de la Castañada tras abandonar una discoteca en un polígono de Igualada. Los criminales que se deshicieron de ella como un despojo, tal vez creyéndola muerta, la contactaron a través de una red social. El poder de estas es abrumador. Y su uso, a merced de cualquiera, es una eficaz herramienta de propaganda y captación.
Esa es la trama que desarrolla el periodista Juan Ramón Lucas en «Agua de luna», una novela vibrante que nos introduce en el yihadismo con una doble virtud. Primero, se lee en un santiamén. A menudo se lleva el tostón de la prosa barroca, pero Lucas exhibe la profesión de periodista para ejecutar casi 400 páginas de una solvente narrativa. Segundo, nos acerca magistralmente a un mundo que parece una remota lejanía. Pero tan accesible, a través de las redes, como si fuera el rellano de nuestro piso. El de la matanza de Atocha y de la Rambla de Barcelona. Los gigantes tecnológicos californianos amenazan la democracia con su monopolio universal de la información y del prójimo. Pero, además, y ahí se gesta «Agua de luna», permiten perpetrar las peores fechorías engatusando a propios y extraños. Por mucho que la Unión Europea sancione a los gigantes americanos, no asoma posibilidad alguna de reglamentar el pérfido uso de las redes. Lo que las convierte –más allá de sus indiscutibles beneficios– en una amenaza global.
Lucas toma como protagonista a Greta, hija de un popular actor y de una televisiva presentadora de informativos y recurre a parajes (Asturias) que el presentador de «La Brújula» conoce al dedillo. La trama y un buen guión nos mantienen en vilo hasta hacernos creer que la protagonista es captada por la peor expresión del salafismo para de súbito emerger como una heroína.
Un abismo tecnológico
Gracias a sus conocimientos informáticos –un abismo tecnológico entre nuestros padres y nuestros hijos– al servicio del bien, Lucas revierte el potencial uso maligno de las redes en una apasionada joven para implosionar la máquina de propaganda y captación del Estado Islámico (ISIS) que siembra el terror en el Califato de Siria e Irak.
Greta, aspirante a actriz, obra el papel de su vida en el seno del monstruo, en Siria, engañando a sus progenitores, que lloran su muerte. Un sacrificio de leyenda que se lleva por delante su propia vida y la de sus padres y que cobra visos de veracidad en el ardiente y intrépido relato de un Lucas que nos deja boquiabiertos con un final tan épico como estremecedor.
Lo mejor
Que se lee a placer e incluso acabamos pensando en si habrá una segunda entrega
Lo peor
Podría decirse que el inicio es algo desconcertante, pero sin duda va de menos a más