Crítica de “El lodo”: un thriller de espeso barro ★★★☆☆

Dirección y guion: Iñaki Sánchez Arrieta. Fotografía: Guillem Oliver. Intérpretes: Raúl Arévalo, Paz Vega, Roberto Álamo. España, 2021. Duración: 107 min. Thriller

El primer y extraño largometraje de Sánchez Arrieta nos sumergía en una aventura desasosegante, en la que un hombre y una mujer despertaban en un lugar desértico y desconocido sin saber quiénes eran. Su nueva película, de título ambivalente, transcurre en los arrozales del Levante español en medio de una pertinaz sequía que ha dejado los parajes igualmente agrietados, una zona habitada por seres que parecen esconder espesos secretos que ellos desean olvidar de una vez, pero el pasado siempre regresa y casi nunca con buenas intenciones.

Son los desconfiados hombres y mujeres que descubre Ricardo (Raúl Arévalo), un afamado biólogo que, después de trabajar por medio mundo, acepta volver al lugar donde transcurrió su infancia para proteger el deteriorado entorno natural. Pero, antes, al inicio del filme, la aparición de un cadáver empapado en lodo hace ya presagiar una historia áspera, de una violencia apenas contenida. Y mientras la pareja del protagonista (Paz Vega) sigue inmersa en una profunda depresión por una tragedia reciente y Ricardo decide plantar cara a los peligrosos lugareños (hay incluso un momento muy «Perros de paja»), este thriller ecológico y asfixiante consigue atrapar al espectador en esa profunda telaraña tejida con los hilos del dolor a un duelo, la venganza y los intereses de unos y otros en una cinta donde, finalmente, la esperada lluvia consigue limpiar todo el barro, el fango impuro que no solo había cubierto los campos, también el alma de estos atormentados y singulares personajes.

Lo mejor: su densa, violenta, asfixiante atmósfera, y el reparto, porque casi todos están muy bien

Lo peor: entre el potente comienzo y el buen tramo final, el filme sufre un ligero desfallecimiento