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Crítica de “Querido Evan Hansen”: la ansiedad, en clave de sol ★★☆☆☆

La Razón

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Director: Stephen Chbosky. Guion: Steven Levenson. Intérpretes: Ben Platt, Julianne Moore, Kaitlyn Dever, A. Adams. España, 2021. Duración: 117 min. Musical.
Independientemente de las controversias varias que en EE. UU ha suscitado la adaptación cinematográfica del famoso musical de Broadway ganador de seis Tony en 2016 sobre un estudiante de último año de secundaria con un trastorno de ansiedad social disfrazada de profunda timidez es que, desde el mismo comienzo de la película con Evan Hansen cantado ya a voz en grito, al actor que lo encarna, Ben Platt, se le nota bastante más cerca de los 30 que de los 20, pero no solo eso, porque el séptimo arte sabe desde siempre sobre intérpretes que han plantado cara a papeles por encima o por debajo de sus edades: con el trascurrir del filme las posturas, presuntamente de un joven con esa enfermedad a cuestas, que adopta el intérprete se nos antojan, raras, no, lo siguiente.
Pero vayamos a la historia de esta obra tan contemporánea (que trata temas como la homosexualidad, la ecología, el peligro de las redes sociales y contiene un canto a la diversidad desde el minuto cero): el tal Evan, tras redactar una carta que nunca debió ser leída, decide mentir sobre la misma para encajar de una vez en su entorno. El suicido, pues, de un compañero de clase le da pie al protagonista para convertirse en una especie de héroe y a reflejar sus sentimientos a través de ese «fantasma», en el amigo que ninguno de los dos tuvo nunca. Lo que en una historia tan políticamente correcta nos parece extraño, porque el fallecido no era una víctima para nada. Hay algún número mono (así,el de la declaración de amor) en un filme que, de tanto puro nervio atolontrado, acaba soltando algún que otro gallo narrativo. Sí, Evan nunca debió escribir la dichosa notita...
Lo mejor: hay algún que otro número musical con chispa, como el de la declaración de amor
Lo peor: la cinta no consigue provocar ni empatía hacia el protagonista ni pasión por la historia