Buscar Iniciar sesión

El artista que pintó la tumba de Franco alega que hizo una “performance” por la reconciliación de los españoles

La Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos solicita dos años y medio de cárcel por profanar la tumba e interrumpir una misa.
Cézaro De LucaEuropa Press
La Razón
  • Sofía Campos

    Sofía Campos

Creada:

Última actualización:

El escultor Eduardo Tenreiro se sienta hoy en el banquillo de la Audiencia Provincial de Madrid, pues fue acusado de un delito contra la libertad de conciencia. Una demanda que proviene por una pintada que hizo el 31 de octubre de 2018 sobre la tumba de Franco y por la que la Fiscalía pide un año de prisión y que indemnice a Patrimonio Nacional. El artista gallego pintó una paloma sobre el sepulcro en el Valle de los Caídos, y no cesa en defender sus acciones: ha asegurado en el juicio que realizó “una performance” por la reconciliación de los españoles, recordando que ni Benito Mussolini ni Adolf Hitler guardan sepultura en lugares públicos y que el féretro del dictador estaba “fuera de lugar” en un mausoleo “pagado por todos”.
Además de dibujar una paloma con pintura roja, Tenreiro escribió sobre el féretro la palabra “libertad”. Según su versión, realizó la pintada a toda prisa al percatarse de que se iba a celebrar una misa al “ver unos curas”, algo que desconocía. Ante estos actos, la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos solicita dos años y medio de cárcel por profanar la tumba e interrumpir una misa. Se enfrenta, además, a una petición fiscal de un año de cárcel por el delito mencionado.
A preguntas del fiscal, ha señalado que el Valle de los Caídos se construyó para los caídos en la Guerra Civil, por lo que le parecía un “anacronismo” que estuviera enterrado un dictador que no cayó en la guerra. ”¿Es lícito tener enterrado a un dictador que quitó la libertad a varias generaciones y que contribuyó a causa una guerra? Me parecía que esa tumba estaba fuera de lugar”, ha esgrimido el acusado alegando que hizo “una performance” por la reconciliación de los españoles.
En esta línea, ha subrayado que no lo hubiera hecho en “una lápida cualquiera” pero sí en la de Franco, porque estaba justificado. El escultor compró una entrada para entrar en la Basílica pero desconocía que se iba a producir una misa. ”No sabía que había un rito religioso”, ha insistido y ha apuntado que ha ido a colegios religiosos, por lo que respeta los lugares de culto y a la iglesia.
No solo ha sido el escultor el que ha testificado hoy ante la Audiencia, pues también lo ha hecho el monje benedictino y prior de la Abadía del Valle de los Caídos, Santiago Cantera Montenegro, quien ha recordado que escucharon un ruido y detuvo la procesión previa a la ceremonia religiosa que se iba a realizar. ”Me acerqué y vi la pintura. Se produjeron algunas voces y hubo una situación de tensión”, ha narrado indicando que la procesión se estaba iniciando y que ésta pasaba por delante de la tumba.
Uno de los testigos ha relatado que se enfrentó al acusado después de observar “la marranada” que estaba haciendo con pintura roja en la tumba de Franco. “Le dije que en mi opinión lo que había hecho era una guarrada”, ha comentado. Según su relato, faltaban unos minutos para que se iniciara la misa de las once de la mañana, a la que solía acudir.

Archivado en: