Crítica de “En el muelle de Normandía”: el síndrome de la impostura ★★★☆☆

Dirección: Emmanuele Carrère. Guion: Emmanuele Carrère y Hélène Devynck, según el libro de Florence Aubenas. Intérpretes: Juliette Binoche, Hélène Lambert, Léa Carne, Emily Madeleine. Francia, 2021. Duración: 106 minutos. Drama.

Toda la carrera literaria de Emmanuel Carrère está atravesada por la obsesión por ser Otro, y por los dilemas morales que eso conlleva. Para alguien que se ha colocado en el centro narrativo de sus novelas de no-ficción para reflexionar sobre el difícil equilibrio entre objetividad y subjetividad que sustenta el relato de lo real, un personaje como el de Marianne, que se infiltra en un ejército de limpiadoras para documentar desde dentro sus ansiedades económicas, su precariedad laboral y su falta de futuro, es una sospechosa habitual. Es discutible la elección de Juliette Binoche para ese papel: la iconicidad de la actriz problematiza su fusión con el entorno, despega su credibilidad como mujer de la limpieza por mucho que le ofrezca la posibilidad de ser actriz en un ambiente al que no pertenece. Por otro lado, la visión que tiene Carrère de ese ambiente es en exceso benévola, como si esa versión de la realidad le ayudara a compensar su complejo de culpa por entrometerse desde una posición privilegiada (como también hace su protagonista). Por muy bien contada que esté la película, da la impresión de que Carrère no sabe qué hacer con el síndrome de la impostura, que tan buen rédito le dio en libros tan notables como “El adversario” o “Limonov”.

Lo mejor

Incita a la reflexión sobre la impostura como una forma de entender y explicar la realidad.

Lo peor

Es discutible que la, por otro lado magnífica, Juliette Binoche sea la más adecuada para interpretar a la protagonista.