Los Premios Feroz se “arrebatan” en Zaragoza: vía libre para “El buen patrón”
La película de Fernando León de Aranoa fue la gran triunfadora de los premios que otorga la prensa especializada y la crítica de cine
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Parece mentira, pero en lo que es apenas su noveno año de vida, los Premios Feroz se han convertido en cita ineludible de la temporada de premios en España, junto a los Forqué y los Goya. Los galardones que entrega la AICE (Asociación de Informadores Cinematográficos de España) se entregaron anoche en Zaragoza con el espíritu crítico que les caracteriza y con esa tendencia a la sorpresa que se echa siempre de menos en los premios hegemónicos. Así, en el estreno de la categoría Arrebato, en honor de la película de Zulueta y buscando premiar a los filmes más especiales, atrevidos y originales del año, se dio el primer sobresalto, cuando la «Sedimentos» de Adrián Silvestre —ópera prima documental anterior al trabajo de ficción que esta misma semana presenta en el prestigioso Festival de Rotterdam— se impuso a la gran favorita, «Quién lo impide», de Jonás Trueba. Algo parecido ocurrió con la subcategoría de ficción, quizá igual de disputada, donde el premio de ficción acabó en manos de la brillante y cómica «Espíritu Sagrado», del ilicitano Chema García Ibarra.
La ceremonia, presentada por los responsables de «Los Felices 20», el director Nacho Vigalondo y la cómica Paula Púa, hizo honor al adjetivo madre de los premios de la crítica y comenzó con un monólogo de esos que se echan de menos en este tipo de ceremonias: «Siempre nos dijeron que hiciéramos televisión teniendo en cuenta a la señora de Cuenca. Y resulta que ahora esa señora es la única que sigue yendo a la sala de cine», tronó en carcajadas el cineasta cántabro, que se hizo un test de antígenos al comienzo de la ceremonia, en un Auditorio Zaragoza vestido de gala a los pies de la mítica Romareda.
Aranoa desencadenado
En cuanto a los premios mayores de la noche, los 230 votantes de la AICE firmaron un ejercicio matemático: si «El buen patrón» se hizo con el Feroz a la Mejor Comedia, al Mejor Actor para Javier Bardem y al Mejor Guion para Fernando León de Aranoa —imparable y desencadenado del todo en su camino al Goya frente a un Almodóvar más centrado en la carrera americana—, el premio a Mejor Dirección fue a parar al bueno de Rodrigo Cortés por su labor en la más que reivindicable «El amor en su lugar». Del mismo modo, y como no competían en la misma categoría, «Maixabel» pudo sumar a su palmarés la estatuilla a la Mejor Película de Drama y Urko Olazábal, el preso de ETA arrepentido del filme, el Feroz al Mejor Actor de reparto que probablemente sumará a un «cabezón» el próximo 12 de febrero en Valencia. Para cuando Petra Martínez, inmensa en «La vida era eso», recogió el premio a la Mejor Actriz, la gala ya había virado desde la gracia explosiva de sus presentadores hasta el hastío de los actos secundarios.
En el reino de las series, y en un curso ciertamente parco de buenas producciones patrias (veníamos de «Antidisturbios», «Veneno» y «Patria»), los premios fueron para «Venga Juan» en comedia y «Cardo» en drama. Así ocurrió también en las categorías de interpretación, donde Javier Cámara y Ana Rujas, representaron respectivamente a sus elencos.
Con mucha mala leche, pero de la que es más «disfrutona» que crítica, la novena edición de los Premios Feroz se cerró con la presencia del Ministro de Cultura, Miquel Iceta, y con un mensaje de cierre de filas en torno a la profesión, siempre castigada y en riesgo de desaparición. Vigalondo y Púa, sueltos en un formato que les dio toda la libertad del mundo, y un poquito más, podrían quedarse para siempre, quizá un poco más desatados cuando nos olvidemos de los test y las mascarillas.