Crítica de “Un pequeño mundo”: este patio es un infierno ★★★★★
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Dirección y guion: Laura Wendel. Intérpretes: Maya Vanderbeque, Günter Duret, Karim Leklou, Laura Verlinden. Bélgica, 2021. Duración: 72 minutos. Drama.
Bienvenidos a ese pasaje del terror que nos prepara para la vida como una guerra futura, en la que solo habrá espacio para las víctimas y para los verdugos. Así es el patio de una escuela, al menos desde el punto de vista de una niña que se enfrenta a su primer día en la cárcel de pizarras con el único salvavidas de un hermano mayor al que adora. Es admirable el rigor con que Laura Wandel respeta la perspectiva de Nora (imposible describir la milagrosa interpretación de Maya Vanderbeque), hasta el punto de que los adultos solo son psicofonías torpes que, en fuera de campo, intentan regular la crueldad de los juegos de poder y humillación que la infancia dictamina en una suerte de prólogo a esta sociedad sustentada en el acoso y derribo.
El proceso de inmersión es inmediato, y más cerca de “Hijo de Saul” que de los Dardenne, transforma la mirada de Nora en una sucesión de insoportables, escalofriantes dilemas morales que utilizan el acoso escolar como leitmotiv para mostrarnos la complejidad emocional de una relación fraternal puesta en crisis. Es hermoso que una película sobre el ‘bullying’ se cuente a sí misma desde dos gestos, dos abrazos, entre los que se abre un abismo de congojas y afectos que explica la fricción de dos mundos: el de la infancia idealizada por el imaginario del sistema y el de la vida real, que sangra, golpea y llora.
Lo mejor
El rigor de la puesta en escena y el nacimiento de una actriz extraordinaria.
Lo peor
¿Es posible que los casos de ‘bullying’ que presenta la película pasen desapercibidos?