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Fermín Bocos: “Suprimir las Humanidades es un suicidio cultural”

El periodista publica “Zeus y familia”, un erudito y divertido catálogo de los principales mitos y divinidades del mundo clásico
Manuel Olmedo

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“Con el triunfo del cristianismo, los templos paganos fueron clausurados, el culto a los dioses, prohibido, sus fieles, perseguidos, las estatuas, mutiladas, y los lugares sagrados, abandonados. Pero los dioses griegos no desaparecieron, su historia ha atravesado los siglos y desafía el tiempo”, afirma el periodista y escritor Fermín Bocos, gran conocer del Mundo Clásico, que publica “Zeus y familia” (Ariel). “Un relato histórico que se lee como una novela de aventuras, con luchas de poder, guerras civiles desatadas entre dioses -ciclones, cíclopes, titanes…-, una guerra de la que Zeus salió vencedor y fue coronado rey del Olimpo”, explica Bocos, que ha tratado de hacer “una versión rigurosa en cuanto al contenido histórico legado por la tradición, pero al tiempo con un toque de ironía y humor sobre la extensa y nada ejemplar familia olímpica”, que tiene los mismos anhelos, virtudes y defectos que los humanos.
“Los mitos reflejan las relaciones de los hombres entre sí y con las fuerzas de la naturaleza y en ellas hay de todo, de ahí su poca ejemplaridad, a menudo podía correr la sangre y las venganzas ser terribles, disputas de poder, envidias, traiciones, celos, lujuria, infidelidades, incestos y hasta bestialismos, como el mito del que procede el nombre de Europa donde la princesa fenicia es raptada por Zeus transformado en un toro albino. Pero en estas historias también hay actos sublimes, recuerda el autor, “como el que rodea la leyenda de Prometeo, el titán que robó el fuego sagrado para entregárselo a los hombres y fue duramente castigado por Zeus”.
Unos dioses que, mezclados sexualmente con los mortales, daban rienda suelta a sus impulsos. “El rasgo esencial de la mitología griega, del marco mental religioso en definitiva -explica-, es que estaba creada a favor del desarrollo de la propia personalidad de los seres humanos sin demasiadas trabas morales, por eso, esta religión creada al calor de los mitos no dio pie a un libro sagrado portador de una palabra divina inatacable, ni tampoco creció estrictamente una casta sacerdotal dispuesta a imponer la ortodoxia religiosa y a estigmatizar determinadas tendencias sexuales. Los dioses olímpicos eran libérrimos, promiscuos y muy dados a aventuras extramatrimoniales. Eso que ahora llaman el “poliamor” no es un invento reciente, la familia de Zeus lo practicaba continuamente, incluido el incesto y el bestialismo, como en el caso del Minotauro”, recuerda Bocos.
La vida era divertida para ellos, eran hedonistas, vivían para el placer, el amor, la juerga, las bacanales...”Había una especie de alegría de vivir en el mundo clásico, pero al mismo tiempo –advierte-, había un código relacionado con los excesos que los sancionaba. En el famoso Oráculo de Delfos en el templo de Apolo, había una máxima: “De nada en exceso” y eso nos lleva a un concepto que debería seguir aplicándose a la política actualmente, que es el castigo a la Hybris, es decir, a la desmesura, castigaban a todo aquel que por exceso de orgullo y arrogancia de poder, contravenía esa máxima. Cuanto sobresale de la condición humana, era represaliado por los dioses”. Había un equilibrio, “por una parte hay una invitación a la libertad y por otra una advertencia, una admonición, de ahí vienen mitos como lo afrodisiaco y lo apolíneo de Nietzsche”.
Fermín Bocos afirma rotundamente que “suprimir las Humanidades de los planes de estudio es un suicidio cultural. Los mitos dan pie a un código, a un lenguaje utilizado como fuente de inspiración en la literatura y el arte desde hace siglos y si los planes de estudios condenan al olvido al mundo clásico, la Filosofía, Historia e Historia Sagrada -que solo los torpes confunden con el catecismo-, quienes vengan detrás no sabrán interpretar el contenido y el sentido de miles de obras de arte colgadas en los museos. Los mitos están en la literatura, la ciencia, el teatro, la música, la pintura, la ópera, el cine, en los nombres-meses del año, planetas, estrellas, zodiaco, pandemia, ómicron…- y hasta en los videojuegos. Tradiciones, como la Navidad o los carnavales, provienen de fiestas paganas de las culturas griega y latina. Esto es la actualidad y el pasado es prólogo -afirma-. Ese es el legado, la gran riqueza de donde procede nuestro mundo y no puede ignorarse ni olvidarse porque venimos de ahí. Suprimir las Humanidades es condenar a la ignorancia”, defiende Bocos con vehemencia.
“La filosofía, que nació al tiempo que la democracia, enseña a pensar de manera autónoma, a no ser un borrego, y si la debilitas, estás debilitando la democracia”, apostilla. “Zeus y familia” es un ensayo erudito, pero a la vez muy didáctico y ameno de leer porque el humor y la ironía están omnipresentes. Un libro muy recomendable para leer y trabajar los profesores en los institutos porque es una manera ideal de conocer la antigüedad clásica de forma amena, divertida y a la vez rigurosa.