Ariodante, un conjunto muy equilibrado
El Palau de les Arts acoge una producción de 2014 proveniente de Aix-on-Provence y firmada por Richard Jones
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Obra: “Ariodante” de Haendel. Intérpretes: Ekaterina Vorontsova, Jane Archibald, Christophe Dumaux, Jacquelyn Stucker, Luca Tittoto, David Portillo, Jorge Franco. Orquesta de la Comunidad Valenciana. Coro de la Generalitat Valenciana. Producción: Festival d’Aix-en-Provence. Dirección de escena: Richard Jones. Escenografía y vestuario: Ultz. Iluminación: Mimi Jordan Sherin. Dirección musical: Andrea Marcon. Palau de les Arts. Valencia, 4-III-2022.
En abril de 2020 se programó “Ariodante” en el Palau de les Arts, pero la pandemia impidió que subiese a escena. Los teatros van recuperando lo perdido y les Arts lo hace ahora. No es el barroco un género que se haya cultivado mucho en este teatro en sus más de quince años de vida. En la memoria un “Orlando” con Bejun Mehta y López Banzo. El actual título haendeliano se escuchó en una excelente versión de concierto en Valencia, Madrid, Barcelona y Pamplona con Les Arts Florissants bajo el mando de William Christie, pero también con escena en el Liceo y el Campoamor.
El Palau de les Arts ha elegido una producción de 2014 proveniente de Aix-on-Provence firmada por Richard Jones. La acción se sitúa en Escocia allá por los años 70, convirtiendo el rey en un patriarca, por más que los subtítulos hablen de “rey”, y el ambiente de la corte se transforma en una mansión dividida en tres estancias contiguas -hall, comedor y dormitorio- presentes e inalterables a lo largo de los tres actos. Se mueve el atrezzo y hay una dirección actoral más o menos acertadas en la que sobran algunos detalles como cochecitos y marionetas.
La presencia de Andrea Marcon en el foso, experto en estas lides, supone una garantía, que se confirma con una lectura que nos sorprende por el nivel que logra en el género barroco con una orquesta nada acostumbrada a él. Hay un momento para el recuerdo, en el aria “Scherza infida” del Ariodante protagonista, la mezzo Ekaterina Vorontsova. Una pieza muy larga, con repeticiones en sus frases de emotivo legato, en la que sin embargo se para el tiempo y podríamos estar escuchándola hasta la eternidad, mérito también del fagotista Salvador Sanchis. Esos quince minutos ya valen las cuatro horas de representación. La mezzo, por cierto ligada al Bolshoi, no pudo mantener el mismo nivel en su aria del tercer acto. Era lógico.
El director artístico del Teatro, Jesús Iglesias, ha conseguido lo mismo que conseguía Helga Schmidt: que todo funcione a las mil maravillas gracias a un reparto homogéneo en el que no hay grandes nombres si exceptuamos quizá el de Jane Archibald como Ginevra. Una soprano de timbre atractivo, dominadora de las coloraturas y con gusto al cantar. Lo mismo cabe apuntar del resto, el contratenor francés Christophe Dumaux, de voz y medios muy interesantes; el bajo Luca Tittoto, muy metido en su papel; los tenores David Portillo y Jorge Franco o la soprano americana Jacqueline Stucker. Una de esas representaciones de las que todo el público sale contento.