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Estreno

Crítica de “El hombre del sótano”: contra la Historia ★★

Un fotograma de "El hombre del sótano"
Un fotograma de "El hombre del sótano"ImdbImdb

Dirección: Philippe Le Guay. Guion: Philippe LeGuay, Gilles Taurand y Marc Weitzmann. Intérpretes: Jérémie Renier, Bérenice Béjo, François Cluzet, Jonathan Zaccaï. Francia, 2021. Duración: 114 minutos. Drama.

He aquí el germen de una ‘home invasion’ vestida con abrigo raído, como de profesor de la posguerra, que se aprovecha de la buena fe de la burguesía judía para instalarse en el sótano de la memoria y roer sus cimientos, con el silencioso entusiasmo que solo pueden mostrar las ratas de cloaca. No es una mala idea convertir el clásico argumento del ‘thriller’ de intruso doméstico -muy frecuentado en los noventa, con películas tan estimables como “La mano que mece la cuna”, “De repente, un extraño” o “Mujer blanca soltera busca”- en una metáfora de lo que ocurre cuando el sistema, tan seguro de sus convicciones políticamente correctas, entra en contacto con los ideólogos de la extrema derecha -en este caso, un negacionista del Holocausto- que quieren disfrazar sus mentiras de un deseo legítimo de cuestionar la versión oficial de la Historia.

Por desgracia, lo más inquietante de “El hombre del sótano” no será, pues, el modo en que una familia se disuelve cuando el negacionista se instala en el sótano que le acaban de vender (sin conocer su pasado, claro), porque la evolución dramática de algunos personajes les obliga a cometer errores que no son verosímiles o los mete en abismos existenciales que corresponden al filme de tesis que Philippe Le Guay insiste en construir, al margen de la lógica realista del relato. Lo más inquietante, decíamos, es asistir a una reunión de comunidad de vecinos y darse cuenta de que el colaboracionismo de la sociedad francesa en tiempos de la ocupación podría repetirse en el siglo XXI.

Lo mejor

Una reunión de vecinos que demuestra lo frágil que puede resultar la sustancia ideológica de la comunidad, siempre proclive a la sospecha.

Lo peor

LeGuay no sabe controlar narrativamente un punto de partida argumental de lo más atractivo.