Crítica de “A tiempo completo”: nos falta el aire ★★★

Dirección y guion: Eric Gravel. Intérpretes: Laure Calamy, Anne Suarez, Geneviève Minch. Francia, 2021. Duración: 88 minutos. Drama.

A veces la realidad pesa demasiado incluso para la más comprometida de las películas. O lo que es lo mismo: la realidad es en exceso real para ser creíble. Es evidente que hay muchas trabajadoras como la Julie de “A tiempo completo”, que se levantan a la carrera cuando no ha salido el sol y vuelven a casa para acostar a sus hijos, con empleos precarios a los que acceden en transportes públicos que, renqueantes, les obligan a llegar tarde día sí día también. Cualquiera de nosotros, aun con nuestros privilegios, podemos identificarnos con alguno de los gestos arrugados de la angustia a contrarreloj de Julie.

Otra cosa es que, dramáticamente, a Eric Gravel se le vaya la mano acumulando desgracias: si tuviéramos que hacer una lista de los obstáculos que la vida le pone a Julie en los nueve días que compartimos con ella nos faltarían páginas de este periódico. Gravel tiene en mente al Ken Loach de “Yo, Daniel Blake”, perfecta encarnación de ese momento en el que la inexorable fatalidad de lo real apunta a los artificios del cineasta que, a la desesperada, busca la complicidad del público tendiéndole trampas emocionales.

En su descargo está la construcción de un personaje que elude la hagiografía -Julie es más humana que santa-, una actriz (Laure Calamy) que responde sin coartadas a potenciar las contradicciones de su heroína y un sentido del ‘tempo’ que, sustentado en un montaje incapaz de echar la vista atrás, siempre pendiente de buscar soluciones inmediatas, nos deja con el corazón en la boca.

Lo mejor

Laure Calamy y un ritmo narrativo que te deja sin aliento.

Lo peor

La saturación de fatalidades construye una molesta red de trampas dramáticas.