Sección patrocinada por sección patrocinada

Cine

Crítica de “Ariaferma”: humanismo entre rejas ★★★★☆

El actor Toni Servillo (d), en la película 'Ariaferma' ALFA PICTURES 05/04/2022
El actor Toni Servillo (d), en la película 'Ariaferma' ALFA PICTURES 05/04/2022ALFA PICTURESALFA PICTURES

Director: Leonardo di Costanzo. Guion: L. di Costanzo, Bruno Oliviero, Valia Santella. Intérpretes: Toni Servillo, Silvio Orlando, Fabrizio Ferracane, Salvatore Striano. Italia, 2021. Duración: 117 minutos. Drama.

El edificio se cae definitivamente a pedazos, lo dejaron morir. La antigua prisión del siglo XIX era, seguro, imponente, pero en la actualidad todo se ha vuelto escombros, humedad, decrepitud. Situada en una zona inaccesible en medio de ninguna parte, no resulta extraño que esté siendo poco a poco abandonada. Pero es una cárcel, es una tonelada de burocracia, son hombres que han cometido delitos de mayor o menor gravedad y son otros que, uniformados, intentan contener la rabia del grupo. Solamente doce presos quedan ya entre las desconchadas paredes y algunos agentes para vigilarlos. Como Gaetano Gargiuolo (un extraordinario, impasible Servillo) al frente de estos últimos, que maldicen su mala suerte mientras intentan tragar la nauseabunda comida de catering barato porque las cocinas tampoco están operativas con el deseo que pronto se los lleven de allí. A donde sea. En medio de esa extraña, incluso irreal atmósfera, los reos deciden iniciar una huelga de hambre, lo que evita en última instancia el astuto, inteligente Lagioia (Silvio Orlando, perfecto en las réplicas a Servillo). En el fondo, todos están cautivos y paulatinamente los barrotes que separan a unos de otros se borran hasta derivar en una cena compartida casi de día festivo y una conversación postrera entre ambos protagonistas durante la que, de manera definitiva, las relaciones de poder se transforman en humanidad, simplemente.

Una película compacta, sólida y compasiva (no sabemos apenas nada sobre por qué esos tipos fueron en su día declarados culpables, a excepción de alguna referencia sobre ciertos personajes) que, al final, lo consigue: quizá el hijo del lechero nostálgico y el del dueño de un bar estén más cerca de lo que pensaban.

Lo mejor: dos enormes Servillo y Orlando; las escenas con ellos juntos hacen crecer, y bastante, al filme

Lo peor: aunque no lo es: quien busque un drama carcelario prototípico se llevará una sorpresa